En la historia del cine se han producido miles de pequeñas historias referentes a determinadas películas, actores o directores. Una de las más curiosas es la referente a la película “La parada de los monstruos” (“Freaks” 1932, Tod Browning). Solamente el hecho de que el estudio de Hollywood más pacato, cuyo rector Louis B. Mayer se consideraba un guardián de la moral norteamericana, produjese la película más bizarra y salvaje de los primeros cincuenta años del cine ya da de por sí suficiente material para hablar de esta oda a la diferencia física.
¿Por qué la Metro Goldwing Mayer, estudio de películas familiares, musicales y resto de géneros inofensivos accedió a que Tod Browning dirigiese esta película?...
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