Durante una escena de “Boyhood” (2014, Richard Linklater) el chico protagonista le pregunta a su padre si la magia existe de verdad, en ese momento mientras veía la película yo pensé: “Sí que existe, en las pantallas de cine”. No encuentro mejor manera de expresar lo que sentí como espectador al ver esta cinta tan sencilla como compleja, tan dulce como cruel, tan arriesgada como familiar.
“Boyhood” nos cuenta la vida de Mason, un niño norteamericano como otro cualquiera (con padres separados, con una hermana mayor, con sus amigos de la infancia) desde los 6 años hasta que entra en la universidad con 18. Este periplo transcurre con los altibajos propios de una vida normal a esa edad, con momentos buenos y malos, tomando pequeñas decisiones e intentando crear una personalidad propia...
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