Desde que era un adolescente el cine mudo ha ejercido una extraña fascinación en mi, algo difícil de explicar. Era como abrir la puerta a un mundo que ya no existe o contemplar un arte que ya no se practica. Además, en aquella época tuve la oportunidad de ver una buena cantidad de películas mudas gracias a un extenso ciclo que emitió la 2 de RTVE los jueves por la noche durante unas cuantas semanas. De todas aquellas películas hubo una que me llamó poderosamente la atención desde el primer fotograma, dicha cinta era “El gabinete del doctor Caligari” (“Das gabinet des dr. Caligari” 1920, Robert Wiene).
La película comienza de la siguiente forma: tras una alegórica escena inicial, se nos muestra a Francis (Friedrich Frejer) y Alan (Hans Heinrich von Twardowski), dos amigos que acuden juntos a una feria. En ella actúa el Dr. Caligari (Werner Krauss) una especie de hipnotista capaz de predecir el futuro mediante Cesare (Conrad Veidt) su ayudante sonámbulo. Alan le pregunta a Cesare cuanto le queda de vida y éste le responde: hasta el amanecer.
No voy a contar más de la historia para no estropear la visión del film a quien no lo haya visto, lo cual me va a limitar mucho el poder describir los múltiples aciertos del guión escrito por Hanz Janowitz y Carl Mayer. Sin embargo no puedo evitar describir este guión como una feroz crítica al poder y al totalitarismo. En efecto, la base del guión proviene de la cantidad de soldados que, tras la Primera Guerra Mundial, no volvieron a sus casas o, si lo hicieron, volvieron deformes o con un grado importante de locura. Toda la película es una alegoría contra el poder, el cual “hipnotizó” a millones de personas para que se matasen entre ellas. Dicho poder está reflejado en el personaje de Caligari como un trasunto de el Kaiser Guillermo, gran culpable de la masacre que se extendió por toda Europa.
No obstante, no es por el guión por lo que esta película está considerada una obra de arte intemporal, si no por su impactante estilo visual a base de perspectivas deformadas mediante decorados imposibles. La película mezcla el gótico, el surrealismo y, sobre todo, el expresionismo, de tal forma que se trata de la única película realmente expresionista de la historia, a pesar de que existe un género con este nombre, compuesto por varias películas alemanas mudas de la década de las 20. Dicho género posteriormente influyó a dos de los principales géneros del siglo XX cinematográfico: el cine de terror (principalmente el ciclo de terror de la Universal) y el cine negro norteamericano de la década de los 40.
El director Robert Wiene, sustituto del inicalmente pensado Fritz Lang, consigue crear una atmósfera inquietante desde la primera escena, la cual tiene una importancia capital en el desenlace de la historia. Así, el espectador se sumerje en un mundo onírico, de pesadilla, en el que la muerte planea constantemente alrededor de los personajes, la cual está personificada en uno de ellos, el sonámbulo Césare. Tal fue el efecto de la película tras su estreno, que en Francia se adoptó el término “Caligarisme” que significa algo oscuro y sádico.
La formación teatral de Wiene fue decisiva en muchos aspectos de la película, entre ellos la utilización de decorados pintados por Hermann Warm, Walter Rhrig y Walter Reimann que integraron la propia luz en las pinturas dotando a la película de una estética irreal. En su estreno la película estaba pintada con tintes de diversos colores para las diferentes secuencias, pero posteriormente sólo se exhibió en blanco y negro y así es como ha llegado hasta nosotros.
El final de la película supuso una fuerte discusión entre los guionistas y el director, ya que éstos pensaban que había traicionado el espíritu de la historia. Sin embargo, se trata de uno de los finales más terroríficos de la historia del cine, ya que provoca en el espectador una sensación de indifensión total frente al horror mostrado en la película. Dicho final ha sido copiado hasta la extenuación a lo largo de la historia del cine lo que da una idea de la calidad del mismo.
En cuanto a la posibilidad de verla, me temo que la única opción es comprarla en DVD ya que las cadenas televisivas, de pago o no, ignoran casi por completo el cine mudo. Existe una edición en España en DVD de buena calidad, a la espera de que alguien se anime a editarla en formato Bluray.
En definitiva, se trata de una película fundamental en la historia del cine mundial y que sigue sorprendiendo al espectador cerca de 100 años después de su realización. Pocas obras del séptimo arte han sido capaces de subyugar y estremecer durante tanto tiempo y a tantas generaciones de espectadores.
Gabriel Menéndez
En la noche, Francis espia al doctor Caligari, y observa lo que parece ser Cesare durmiendo en su caja. Sin embargo, el Cesare real se escabulle en la casa de Jane mientras duerme. Levanta un cuchillo para apunalarla, pero en lugar de ello la secuestra despues de una lucha, arrastrandola hacia la calle a traves de la ventana. Perseguido por una turba enfurecida, Cesare eventualmente suelta a Jane y huye, pero colapsa y muere. Francis tambien confirma que el criminal ha sido encerrado lejos y no pudo haber estado involucrado en el secuestro. Francis y la policia investigan la caseta del doctor Caligari y se dan cuenta de que el Cesare que parece estar durmiendo en la caja es solo un maniqui. El doctor Caligari escapa en la confusion, pero Francis lo persigue hasta un manicomio . Tras realizar investigaciones adicionales, Francis se sorprende al saber que el doctor Caligari es el director del asilo. Con ayuda del equipo del manicomio, Francis estudia los registros y el diario del director mientras este duerme. Los escritos revelan su obsesion con la historia de una mistico del siglo XVIII llamado Caligari, quien uso a un sonambulo llamado Cesare para cometer asesinatos en pueblos del norte de Italia. El director, en su determinacion por entender al anterior Caligari, experimenta con un sonambulo admitido en el manicomio, quien se vuelve su Cesare. El director grita “?Debo volverme Caligari!”. Francis y los doctores llaman a la policia hacia la oficina del doctor Caligari, donde les muestran el cadaver de Cesare. Entonces, el doctor Caligari ataca a un miembro del equipo. Es inmovilizado con una camisa de fuerza y se vuelve un preso de su propio asilo.
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