Hay películas en las que el guión es un despropósito total, lleno de coincidencias increíbles, giros de guión imposibles y pistas falsas que intentan confundir al espectador. “Rojo oscuro” (“Profondo Rosso” 1975, Darío Argento) es una de estas películas, sin embargo tiene las suficientes virtudes en el resto de los aspectos técnicos como para que sea una obra cinematográfica fascinante y ridícula a partes iguales.
“Rojo oscuro” nos cuenta como un músico inglés llamado Marcus Daly (David Hemmings), el cual se encuentra en Roma por motivos de trabajo, presencia desde la calle como una famosa médium es asesinada en la ventana de su casa. A partir de entonces, con la ayuda de una reportera de un periódico local, intentará descubrir la identidad del asesino.
Empecemos por l...
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