El cine no nació como un arte, si no como un simple entretenimiento de feria y ese carácter lúdico siempre ha estado presente en buena parte de las películas producidas cada año en todo el mundo. A veces sucede que una obra cinematográfica, cuyo objetivo principal es el entretenimiento, consigue elevarse más allá de ese objetivo y se convierte en una pequeña obra de arte. Esto sucedió en 1938 con la película “Robin de los bosques” (“The adventures of Robin Hood), dirigida por Michael Curtiz, el cual llevó a lo más alto posible el cine de aventuras en esta película que fantasea sobre la vida del mítico personaje.
La historia, que mezcla realidad, leyendas y ficción nos cuenta como, tras la marcha del Rey Ricardo a las cruzadas, su hermano Juan (Claude Rains) gobierna de ma...
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