Que John Ford era un genio, creo que es algo que nadie podrá discutir, pero que cada día que pasa en la historia del cine su leyenda debería hacerse más y más grande es algo que habría que reivindicar con fuerza. Ford es como uno de esos amigos al que hace mucho que no ves y que un día quedas con él para tomar algo. Al poco rato te das cuenta que es como si el tiempo se hubiera detenido, como si no hubieran pasado años desde vuestro último encuentro, todo surge frente a ti nuevamente de forma clara, espontánea y maravillosa. En el caso de “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962) esto se cumple al 100%, ya que se trata de una obra hipnótica en la que Ford inició el ocaso de su carrera desde el punto más alto posible.
Ramsom Stoddard (James Stewart) y su esposa Hallie (...
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