La directora francesa Patricia Mazuy, a la que el FICX60 dedicó una retrospectiva, presenta ahora en la Sección Oficial Albar del FICX62 su nueva película “La prisonniere de Bordeaux”. En ella trata, de manera ligera y con un toque sutil de comedia, temas de corte dramático.
Alma (Isabelle Huppert) es una mujer acomodada, cuyo marido está en prisión. En una de las regulares visitas a las que tiene derecho, conoce a Mina (Hafsia Herzi), cuyo marido también está encarcelado en la misma prisión. Alma ayuda a Mina, ofreciéndole su mansión como techo para ella y sus dos hijos pequeños, a cambio, Alma recibe de ella una amistad y compañía que necesitaba desesperadamente.
Hay un contraste bastante claro entre los dos personajes femeninos. Mina, precisa cubrir las necesidades básicas para ella y sus dos hijos y, al mismo tiempo, intentar estar lo más cerca posible de la cárcel donde retienen a su marido. Sin embargo Alma, tiene todas esas necesidades cubiertas de sobra, por lo que su única preocupación (que no es poca) es ocupar su tiempo y sentirse acompañada y querida. Ambos personajes muestran los dos extremos de una sociedad francesa, la cual no ha tenido tiempo aún de adaptarse a las desigualdades sociales provocadas por la llegada de inmigrantes en las últimas décadas.
La idea original es buena y está bien trasladada a un guion, el cual busca en todo momento eludir el melodramatismo, gracias a unos diálogos con bastante ironía y sarcasmo. Así mismo, las dos actrices protagonistas hacen un gran trabajo. Es un placer volver a disfrutar de un trabajo de Hafsia Herzi, a quien no había vuelto a ver en pantalla desde “Inheritance” (2012, Hiam Abbass) y que descubrí en aquella maravilla que nos deslumbró en la edición número 49 del FICX. Me refiero por supuesto a “Casa de tolerancia” (“L’Apollonide”2011, Bertrand Bonello). Respecto a Isabelle Huppert, que voy a decir de ella a estas alturas de su carrera, simplemente que nos da otra lección de saber estar en pantalla y de ser absorbida por su personaje.
Sin embargo, la cinta flaquea en el aspecto técnico, ya que la puesta en escena es harto sencilla. Parece que la directora ha querido en todo momento centrarse en la historia y sus actrices, desechando cualquier tipo de trabajo con la cámara que se salga de lo más básico. Esto hace que, en algunos momentos, la película se caiga por su propio peso, ya que la premisa argumental no es tan potente, como para sostener por ella misma toda la atención del espectador.
Volvemos a encontrarnos en esta edición del FICX62 con una película demasiado convencional estilísticamente hablando, lo cual espero que no se convierta en costumbre de aquí a la finalización del mismo. Se podrá volver a ver mañana martes 19 a las 21.30 en la Sala 13 de los cines Yelmo, el miércoles 20 a las 22.00 horas en la Escuela de Comercio y el viernes 22 a las 12.30 en Gijón Sur.
Gabriel Menéndez Piñera
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