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Kontinental’25

 

El cine del director rumano Radu Jude es muy variopinto tanto temática como estilísticamente, llevo ya unos años diciendo que nunca sabes con que te va a sorprender en cada nueva película. “Kontinental’25” una de sus dos películas de este año (ambas presentadas en el FICX63) se inscribe en la temática social, un género que ya ha tratado anteriormente y de forma muy satisfactoria. En cuanto al estilo de este film, Radu Jude nos retrotrae a los inicios del cinematógrafo, ya que está rodado casi en su totalidad con planos fijos, más o menos largos, al estilo de las primeras cintas rodadas por los Hermanos Lumiere a finales del siglo XIX.

Orsolya (Eszter Tompa) es una alguacil judicial en Cluj (Rumanía), una mujer buena, religiosa y que quiere ayudar a la gente. Un día tiene que ejecutar un desahucio de una persona (antiguo atleta de éxito) el cual ocupa una sala de calderas de un edificio vacío, que van a convertir en un hotel de lujo. Por desgracia, durante el desahucio ocurre algo que dejará a Orsolya sumida en un estado de profunda culpa y tristeza, el cual intentará aliviar compartiendo su dolor con sus seres más cercanos.

Radu Jude comienza la película mostrándonos en diferentes escenas el día anterior en la vida de la persona desahuciada, lo cual me parece una manera muy inteligente de mostrar su precariedad en una ciudad en la que la desigualdad social campa a sus anchas. Así mismo, el uso constante de planos fijos, algunos de gran belleza, no se convierte en una merma para el ritmo de la película, el cual fluye de forma constante, gracias a los habituales momentos cómicos de las películas de este director y guionista.

El uso de los planos fijos ya se nos había avanzado por su parte hace dos años en la escena final de su película “No esperes demasiado del fin del mundo” (“Nu astepta prea mult de la sfârsitul lumii”, 2023) ganadora del premio a la mejor película de la Sección Albar del FICX61 y cuya actriz principal tiene un pequeño cameo en “Kontinental’25”. Dicha escena final se compone de un único plano fijo de más de 20 minutos en el que se resume gran parte de los problemas de la sociedad occidental actual.

Radu Jude, como suele ser habitual en él, no deja títere con cabeza en ésta, su nueva obra. La religión, los nacionalismos, la hipocresía, la especulación inmobiliaria, la falta de trabajo para los jóvenes, la progresía de postureo y, como siempre, el capitalismo post soviético se convierten en los objetivos del cañón del director rumano, el cual usa nuevamente el humor en sus proyectiles, los cuales lanza de forma indiscriminada.

Resulta muy destacable también la actuación de Eszter Tompa en el papel de esta mujer buena y sensible, con la que Radu Jude juega a ser una especie de Dios compasivo, pero con mucha sorna. Su trabajo ya le ha valido el premio a mejor actriz en el festival de cine de Chicago y podría apostar a que no va a ser el único premio que reciba por su actuación en “Kontinental’25”. Perteneciente a la Sección Oficial Albar del FICX63, se podrá volver a ver el miércoles 19 a las 21.45 en la Sala 13 de los Cines Yelmo.

Gabriel Menéndez Piñera

 

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