Mezclar la comedia y el drama en una misma película siempre es arriesgado, por la dificultad de encontrar el punto justo en el que se combinen ambos géneros de forma correcta. El director colombiano Simón Mesa Soto logra dicho equilibrio en su segundo largometraje “Un poeta”, una obra muy ácida y con mucha mala baba, ganadora de premios en los festivales de Cannes y San Sebastián.
Oscar Restrepo (Ubeimar Ríos) es lo que viene a ser un desastre como persona. Tuvo su pequeño momento de gloria como poeta muchos años atrás, pero en este momento de su vida, no trabaja, vive gracias a la pensión de su madre, es alcohólico, su hija adolescente no lo quiere ni ver delante y se pasa los días compadeciéndose de sí mismo. Tras empezar a trabajar de profesor en un instituto, descubre que una de sus alumnas, Yurlady (Rebeca Andrade) tiene mucho talento escribiendo poesía, lo que supone un nuevo incentivo en la vida de Oscar, al intentar que la chica triunfe como poetisa, pese a que ella misma no está muy convencida de querer entrar en ese mundo.
El guion, escrito por el propio director, no deja títere con cabeza. De todos los personajes que aparecen en la película, únicamente un par de ellos (la hija de Oscar y su propia madre) se salvan de la quema a la que se les somete. La familia de Yurlady no hay por donde cogerla, buscando en todo momento sacar provecho del interés de Oscar por Yurlady y, por otro lado, los supuestamente cultos amantes y practicantes de la poesía son, en realidad, un hatajo de impostores cuya labia les permite dar una imagen muy diferente de como son en realidad.
La cámara se mueve nerviosa alrededor de los personajes, acercándose y alejándose continuamente, asemejando a las grabaciones hechas con la cámara de los móviles. Con ello el director consigue dar una patina de realidad a esta sátira tan divertida como trágica y, a la vez, hace que la puesta en escena sea tremendamente sencilla, en una película cuyo elemento principal es el guion y sus diálogos.
Respecto al elenco actoral, formado en su mayoría por intérpretes no profesionales, todos realizan un trabajo notable, destacando especialmente Ubeimar Ríos dando vida a este niño en cuerpo de adulto, el cual no se ha dado cuenta todavía que la vida le exige mucho más que soñar con triunfar haciendo lo que le gusta. Sin embargo no podemos dejar de sentir algo de ternura por Oscar, el cual parece que todo lo que toca se acaba rompiendo.
“Un poeta” es muchas cosas, además de una comedia, es un drama social, es una crítica feroz al ambiente cultural colombiano, así como una denuncia de la falta de medios, educación y esperanzas de una gran parte de la sociedad colombiana.
Perteneciente a la Sección Crossroads – SSIFF / FICX, del Festival Internacional de cine de Gijón, se podrá volver a ver el Sábado 22 a las 21.15 en la sala Gijón Sur.
Gabriel Menéndez Piñera

















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