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Festival Internacional de Cine de Gijón: Martes 19- Día 5

 

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Seguimos aprovechando cada uno de los los días de festival y así ayer asistimos a tres proyecciones: del ciclo de Cine europeo en ruta vimos “Un château en Italie” (2013) de Valeria Bruni Tedeschi”, de la sección Rellumes vimos “My sweet Pepperland” (2013) de Hiner Saleem y de la Sección Oficial disfrutamos de “Le passé” (2013) de Asghar Farhadi.

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“Un chateau en Italie” es la tercera película de la actriz y directora Valeria Bruni Tedeschi en la que, al igual que en las anteriores, mezcla retazos de su propia vida con otros inventados. En esta ocasión el argumento nos habla de Louise Rossi (Valeria Bruni Tedeschi), una antigua actriz que, entrada ya en los cuarenta, no hace absolutamente nada con su vida, no tiene trabajo, ni hijos, ni siquiera pareja. Al lado de ella está su hermano Ludovico (Filipo Timmi), enfermo de Sida y que no quiere que su madre (Marisa Bruni Tedeschi) y su hermana se desprendan del enorme patrimonio familiar, entre el que se encuentra el castillo que da título a la película. Louise conoce a Nathan (Louis Garrel) un joven actor del que se enamora y que piensa que puede ser la solución a su mayor deseo: tener un hijo.

Durante el transcurso de los acontecimientos se mezcla constantemente el drama con la comedia de una forma muy personal, algo  habitual en esta directora que no duda en reírse constantemente de sí misma y de sus neuras personales. Para ello utiliza una gran cantidad de personajes secundarios que aportan muchos de los momentos más ácidos del film.

 

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 Si hay algo que está destaque especialmente en este film es el patetismo de los personajes que aparecen en pantalla. En efecto, todos ellos son personas débiles, que no saben cuidar de sí mismas y que requieren de la atención de los demás para seguir avanzando en su camino en la vida. Todos menos uno, ya que  precisamente Ludovico es el único que, a pesar de su enfermedad, se mantiene más entero y reprocha a los demás su debilidad ante los avatares de sus vidas. A la vez es la actuación de Filippo Timi, creando este personaje, la más destacada dentro de un reparto que no brilla especialmente.

La directora no duda en criticar duramente a esta familia que ha desperdiciado el patrimonio creado por su padre y que se han limitado a malgastarlo hasta llegar a una situación insostenible económicamente, lo que les llevará a la disyuntiva de si desprenderse de sus posesiones más querida como el castillo en cuestión o de un cuadro de Brueghel.

Una película que no deja a nadie indiferente, o la quieres o la odias y que se proyectará nuevamente mañana Jueves  21 a las 17.00 horas en el Antiguo Instituto.

 

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En  la anterior edición del Festival de Cine de Gijón tuvimos la suerte de poder ver “La piedra de la paciencia” (“The patience stone”, 2012) de Atiq Ramihi, donde quedamos encandilados con la brillante actuación de Golshifteh Farahani, quien se llevó el premio a la mejor actriz y que este año regresa a la cartelera del festival con “My sweet Pepperland”,  película dirigida por  Hiner Saleem , una especie de western oriental,  influido por el cine de John Ford, que nos dejó un grato sabor de boca y una sonrisa a la salida de la sala.

Govend (Golshifteh Farahani) es la profesora de un pequeño pueblo del Kurdistán situado entre Irán, Iraq y Turquía, un lugar dirigido por un caudillo local desde hace muchos años,  hasta la llegada del comandante Baran (Korkmaz Arslan) que viene a ocupar el puesto de comisario en la aldea y que no dudará en enfrentarse al caudillo en su lucha por decidir quien es la ley en el territorio.

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 Como recién llegados al pueblo, ambos habrán de luchar por hacerse respetar y hacerse un hueco entre la cerrada y corrupta comunidad que les rechaza, lo cual hace que ambos creen un vínculo ante la adversidad.

La película combina el drama con toques de humor que satirizan la hipocresía de una comunidad preocupada por una honorabilidad falsa y basada en preceptos anticuados mientras incurren en delitos sin el menor reparo.

La pareja protagonista goza de una buena química y son paradigma del tesón, la lucha, la justicia y el progreso, mientras el grupo de bandidos personifican la corrupción, la violencia y el despotismo y la adhesión al pasado,  estableciéndose una pugna de poder entre ambos bandos por restablecer el orden que cada uno entiende como propio.

La película, muestra como en tantas otras, la situación que vive la mujer en la cultura musulmana, dentro de un patriarcado severo que impide que ésta avance libre y tome sus propias decisiones, como permanecer soltera. Una obra agradable, sin mucha enjundia, pero bien realizada en general y que se podrá volver a ver el viernes 22 en la Sala 1 de los Cines Centro a las 22.15.

 

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Tras el éxito internacional conseguido con “Nader y Simin, una separación” (“Jodaeiye Nader az Simin “, 2001), incluyendo el Oscar a la Mejor Película en Habla no Inglesa, el iraní Asghar Farhadi vuelve a la gran pantalla con “Le passé”, una producción francesa donde retoma el tema de su anterior película, las vicisitudes de un momento concreto en la vida de una familia  y los problemas que en ella surgen.

Ahmad (Ali Mofasa) acude a París desde Teherán a petición de Marie (Bérénice Bejo), su aún esposa, quien tras cuatro años separados desea que éste firme el divorcio y para que interceda con Lucie ( Pauline Burlet), la hija mayor de ésta proveniente de un matrimonio anterior al suyo, con quien mantiene una mala relación desde que Samir (Tahar Rahim), el nuevo novio de Marie, se instalase en la casa familiar con su hijo pequeño. Así, Ahmad procede a hablar con Lucie y fruto de esta conversación descubrirá la grave problemática familiar por la que éstos atraviesan.

 

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Farhadi retrata en este drama las vicisitudes internas de una familia cuyos miembros se encuentran unidos por unos lazos casi forzosos y cuyos personajes y sus circunstancias se van desgranando poco a poco a lo largo del recorrido que la película hace por  sus vidas. Aunque para ello el director emplea la misma fórmula de su anterior éxito, el resultado en esta ocasión no resulta tan creíble, seguramente por la excesiva frialdad con que están reflejadas las relaciones entre los personajes. A pesar de ello, estamos ante una gran película con unos protagonistas entre los que destacan una fantástica Bérénice Bejo, nominada al Oscar por “The Artist”, quien encarna a una hermosa mujer emocionalmente analfabeta, cuyas oscilaciones amorosas van dejando varios cadáveres a su paso,lo que hace que tenga que enfrentarse con conflictos que la superan. Así mismo es destacable la actuación de  Ali Mofasa quien se sitúa como mediador de todo el proceso con una implicación que oscila entre las rémoras de una situación pasada y la actual situación en la que vive la familia.

Asghar Farhadi vuelve a demostrar su maestría en el arte de dirigir una película, la cual pese a su más de dos horas de duración, nos mantiene en todo momento atentos a la pantalla acompañando a esta familia y a sus problemas emocionales. Aquellos que quieran sumergirse en dichos problemas tienen la oportunidad de ver la película hoy Miércoles a las 19.45 en la Sala 2 de los Cines Centro.

 Gabriel menéndez

 

 

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