La jornada del lunes del FICX 2015 vino marcada por una Sección Oficial que no acaba de despegar del todo y en la que se mezclan buenos títulos con otros bastante flojos, pero en la que todavía no se ha visto una clara favorita para llevarse el Gran premio de este festival. De las tres películas vistas ayer destaco positivamente “Taklub” de Brillante Mendoza. Sin embargo “Land of mine” de Martin Zanbliedt me dejó bastante frío, aunque no tanto como “Neon bull” de Gabriel Mascaro.
La jornada comenzó precisamente con esta última propuesta del director y artista conceptual Gabriel Mascaro. “Neon bull” nos cuenta la vida de cuatro personas que conviven en el mundo de los rodeos brasileños. Ellos son Iremar, que se encarga de los toros con su compañero Ze, pero que sueña con triunfar en el mundo de la moda como diseñador, Galega la conductora del camión que transporta a los toros, que también es bailarina y su hija Cacá.
El realizador brasileño se limita a mostrarnos el día a día de su trabajo en los rodeos y su relación mutua, sin profundizar apenas en una trama minúscula que se puede resumir en un par de lineas. El aspecto técnico es más reseñable, pero tampoco da para grandes alegrías, sólo destacaría un par de escenas en las que hay una puesta en escena original y un buen trabajo de luces, pero el bagaje positivo con el que cuenta la película es muy escaso.
La película comienza como una obra naturalista y expositiva de un modo de vida itinerante y pobre, pero acaba simplemente como un intento de provocar al espectador con un par de escenas de sexo escapista alargada una de ellas hasta el hastío. Si alguien le quiere dar una oportunidad a esta obra audiovisual (me cuesta llamarla película) tiene otro pase hoy a las 20.00 horas en la Sala 5 de los CInes Centro.
Brillante Mendoza fue objeto de un merecido homenaje el año pasado por parte de este festival y este año vuelve para presentarnos “Taklub”, película en la que vuelve a dar muestra de sobra de su inmenso talento como director, el cual le sitúa en mi opinión entre los diez mejores directores que hay ahora mismo en el cine mundial.
“Taklub” (Trampa) nos muestra las consecuencias del huracán Yolanda en Filipinas hace ahora dos años. Para ello se detiene en tres personas concretas, testimonios reales transformados en ficción, los cuales intentan salir adelante con sus vidas tras la tragedia personal que les ha supuesto el Huracán.
Ello son: Bebeth, una mujer que regenta un restaurante y busca a tres de sus hijos aún desaparecidos; Larry que se ha quedado viudo y busca en la religión una panacea a su dolor y Erwin, un joven que trata de reconstruir su casa y oculta a su hermana pequeña la muerte de sus padres.
Mendoza vuelve a lograr algo que me maravilla en todas sus películas, ésto es conseguir transmitir la belleza de la vida a través de historias dramáticas e incluso de desolación. Su cine es puro arte, sin pretensiones de serlo, su estilo naturalista contiene siempre imágenes de pura belleza y transmite la verdad de la vida y la muerte, llega al espectador, lo atrapa y no lo suelta hasta pasadas unas horas de su salida del cine. No es un cine fácil de digerir, en sus películas no hay momentos de humor para aligerar la carga emocional que transmiten sus historias, pero si el espectador pone de su parte un mínimo de interés en el film, este le devolverá dividendos de sobra.
La que, en mi opinión, es hasta ahora la mejor película de la Sección Oficial se vuelve a proyectar hoy a las 22.30 en la Sala 5 de los Cines Centro.
Acabé la jornada con “Land of mine”, tercer largometraje del director Danés Martin Zandvliet. En ella se nos cuenta un episodio ocurrido en Dinamarca nada más acabar la Segunda Guerra Mundial. Jóvenes soldados alemanes hechos prisioneros al final de la guerra son obligados a limpiar las playas danesas de las minas puestas por el propio ejército alemán para evitar un posible desembarco aliado.
La película se centra en la cambiante relación del sargento danés encargado de coordinar la labor de los soldados alemanes con estos niños soldados. Este es uno de los puntos que más chirrían del film, ya que este personaje pasa a lo largo del film de un odio visceral a los jóvenes soldados a ser casi un padre para ellos. Considero que una postura tan radical del personaje en ambos extremos no ayuda precisamente a la verosimilitud del film.
Otro aspecto negativo es el uso y abuso por parte del director del viejo truco de intentar golpear al espectador creando un momento trágico justo cuando parecía que ya todo iba sobre ruedas. He contabilizado el uso de esta treta por tres veces a lo largo del film, de tal forma que ya se veía venir lo que iba a pasar en esos momentos de relax que disfrutaban los personajes.
Si algo positivo tiene la película es el manejo de la tensión cuando los niños soldados manejan las minas, realmente sudas con ellos cuando están a punto de desactivar cada uno de los miles de artefactos que se encuentran enterrados en la playa. Por desgracia, no es suficiente como para que la propuesta resulte lo suficientemente interesante, aunque he de decir que no considero que sea una mala película. Simplemente es una película bastante convencional, tramposa y carente de la suficiente calidad técnica como para que se quede en mi memoria cinematográfica.
Gabriel Menéndez
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