Estamos llegando a la recta final del festival y empieza a aparecer alguna perla entre las películas seleccionadas, mezcladas con otras propuestas que solo puedo calificar como insulsas. Ayer vi “The miseducation of Cameron Post” (2018, Desiree Arkhavan), de la sección Esbilla, “The Great Pretender” (2018, Nathan Silver) perteneciente a Rellumes y una gran película de la Sección Oficial “Les confins du monde” (2017, Guillaume Nicloux).
Antes de ver “The miseducation of Cameron Post” ya conocía que la homosexualidad no era bien aceptada en según que zonas de los Estados Unidos, pero no pensaba que su ignorancia e hipocresía llegase a los extremos que nos cuenta esta película ambientada en los años 90.
Cameron Post (Chloë Grace Moretz) es una joven homosexual que, cuando su familia descubre su condición, es recluida en un centro terapéutico en el que, según ellos, pueden curar su enfermedad. Allí, compartirá su día a día con otros jóvenes con las mismas dudas y que sufren la misma represión que ella.
De nuevo, nos encontramos en este festival con una película con un tema atractivo, pero al cual su directora Desiree Arkhavan no sabe sacarle provecho alguno en su traslación a la gran pantalla. Muchos de los personajes son meros clichés, sin ningún tipo de costura por el que salga algo de verdad, de realidad. Por otro lado, la realización es absolutamente plana, no hay una sola escena en que la planificación tenga algo de calidad, o sea mínimamente arriesgada.
Una lástima que se proyecten en este festival películas que más bien parecen un telefilm de sábado por la tarde. Por si alguien quiere verla, se repite el Sabado 24 a las 22.30 en la Sala 13 de los cines Yelmo.
Es habitual que los autores trasladen parte de su vida personal a sus obras. Sin embargo la protagonista de “The great pretender” va unos cuantos pasos más allá, al introducir por completo su relación con su ex-pareja, en la obra que está escribiendo. A la vez, se establece una relación a cuatro bandas entre ellos dos y los dos actores protagonistas de la obra.
Esta sí es una película que arriesga, tanto en su planteamiento, como a nivel formal y narrativo. Las diferentes relaciones, íntimas en muchos casos, entre los protagonistas, se nos muestran ligeramente desordenadas en el tiempo, lo que obliga al espectador a mostrarse atento a lo que sucede en la pantalla. Así mismo hay escenas muy elaboradas visualmente que, por fin, imprimen en la retina del espectador algo creativo en ese aspecto.
El director, Nathan Silver, divide la película en cuatro partes, cada una dedicada a uno de los cuatro personajes del film, los cuales son un dechado de defectos todos ellos. Ellos son mentirosos, infieles, eternos adolescentes que se aferran a la botella o a noches de sexo como única manera de dar un sentido a sus vidas. Ellas se comportan también como adolescentes, en especial Thérèse (Esther Garrel). Sólo Mona (Maëlle Poesy-Guichard) muestra un mínimo de cordura y responsabilidad, al abandonarlo todo temporalmente para volver a Francia a cuidar de su padre.
Una película con más virtudes que defectos, a ratos divertida y que, por lo menos, aporta un soplo de aire fresco en esta edición del festival presidido por la apatía formal en sus secciones principales. Se podrá volver a ver el Sábado 24 a las 20.00 horas en la sala 11 de los cines Yelmo.
Muy interesante la propuesta que nos lanza Guillaume Nicloux en “Les confins du monde”, una película de género bélico, pero que es en realidad un western que cambia los desiertos de Arizona, por la jungla de Indochina y que es quizás, lo mejor que se ha visto hasta ahora en la Sección Oficial.
Durante la guerra de Indochina en 1945, un soldado Francés (Gaspard Ulliel) sobrevive a una matanza en la que ve morir a su hermano. A partir de ahí intentará calmar el sentimiento de culpa que le corroe con la venganza, pero la aparición en escena de una joven prostituta empezará a trastocar sus planes.
El director aprovecha a la perfección los paisajes de la jungla vietnamita, para regalarnos tomas de una gran belleza formal, que se confrontan con la dureza de muchas de las escenas del film. Así mismo, Nicloux nos presenta una narrativa fragmentada, cortando muchas escenas en la mitad de las mismas, de forma que únicamente se nos muestran retazos de la relación entre los soldados franceses.
Como decía antes, es esta película en realidad un western encubierto, en el que los indios cortan cabezas en vez de cabelleras y en el que aparecen muchos otro tópicos del más americano de los géneros cinematográficos, como el saloon, las prostitutas o el deseo de venganza.
Una película dura, muy bien realizada, que atrapa al espectador por su belleza formal aunque quizás su narrativa resulte demasiado fragmentada para una parte del público. Se podrá volver a ver hoy jueves a las 19.45 en la sala 13 de los cines Yelmo y el sábado 24 a las 20.00 horas en la misma sala.
Gabriel Menéndez Piñera
Comentarios recientes