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The deep blue sea

The deep blue sea

The deep blue sea

Como ya indicamos en la presentación del blog, no va a ser habitual  comentar películas que se estén estrenando ahora mismo en la cartelera, sin embargo (y aunque parezca lo contrario) nosotros también vamos a ver (aunque de forma escogida) películas que se estrenan en las salas comerciales. En esta ocasión, la película que me llamó la atención, y pude ver en el cine, es esta película inglesa “The deep blue sea”, dirigida por Terence Davies.

The deep blue seaEsta película es una adaptación de la obra del mismo título escrita por Terence Rattigan y narra el triángulo amoroso formado por un juez de la corte suprema (Simon Russell Beale), su joven y bella esposa Hester (Rachel Weisz) y el amante de ésta, Freddie (Tom Hiddleston) en el Londres postbélico de principios de los años 50, en el que existía el racionamiento y gran cantidad de edificios continuaban derruidos tras el impacto de las bombas alemanas.

La película comienza con el intento de suicidio de la protagonista, el cual es abortado por la casera del piso donde vive con su amante, tras haber abandonado a su marido. A partir de ese primer momento empieza lo mejor de la película y por lo que merece la pena realmente gastarse el dinero de la entrada, ya que durante los diez minutos que dura el segundo movimiento del concierto para violín de Barber no se va a escuchar el diálogo de los personajes (el cual queda en segundo término), si no que se va a escuchar esta maravillosa pieza clásica, mientras mediante imágenes en flashback, se nos muestra el inicio de la relación entre los dos amantes. Tras estos maravillosos minutos, en los que te quedas pegado a la silla y notas como la emoción lucha por salir de tu cuerpo, comienza el drama ya que Hester ha salido de un matrimonio seguro, pero aburrido para caer en una relación con un hombre que no sabe amar y que además es un inútil total, pero al que ama profundamente. De esta situación viene el título, el cual es una abreviatura de un dicho inglés cuya versión completa es “Between de devil and the deep blue sea” (Entre el diablo y el océano), cuya libre traducción al español sería “Entre la espada y la pared”.


The deep blue seaLa protagonista de la cinta, aparte de la música, es Rachel Weisz la cual hace una interpretación realmente formidable, recayendo sobre ella todo el peso de la película y destacando sobremanera sobre el resto del reparto, especialmente si comparamos su trabajo con el de sus dos partenaires masculinos. Si hay que ponerle algún pero a su actuación es que en algunas escenas en las que quiere mostrar la sorpresa y/o admiración que siente hacia su joven amante cae en la sobreactuación, pero no es óbice para remarcar una actuación sobresaliente.

Otro aspecto realmente destacable es la labor del director de fotografía Florian Hoffmeister a base de colores cálidos y mediante haces de luces muy remarcados. En esta labor se nota la influencia del pintor Vermeer, el cual según confiesa el propio director de la película, es uno de los pintores favoritos de Davies.

The deep blue seaEn cuanto al tema de la película, éste es claro, se trata del amor, del amor no correspondido y como lleva a la desesperación y al suicidio. Hay una frase en la película que muestra claramente el carácter de la protagonista cuando le dicen que “te casaste con el primero que te lo pidió y luego te fuiste con el primero que te cortejó”, señalando que Hester es una persona que necesita amar y ser amada. El problema es que se casó con una persona que la ama, pero que no es apasionado como ella y posteriormente se fue con una persona apasionada, pero que no la ama.

The deep blue seaLa labor del director Terence Davies es realmente sobresaliente, aunque por supuesto, ya habréis adivinado que esta película no es una sucesión de fuegos artificiales, si no más bien todo lo contrario. El ritmo de la película es lento, parsimonioso, como era la vida en esa Inglaterra de la postguerra en la que los dos únicos entretenimientos de la clase obrera eran tomarse unas pintas en un pub o quedarse en casa escuchando la radio. Así, la cámara se mueve lentamente en travellings horizontales o se queda fija mostrándonos el rostro tremendamente expresivo de la actriz y su calvario interior. Esto es algo que considero fundamental y que, si no me equivoco, era algo que tenía en mente el director al realizar la película, es decir, remarcar la diferencia del ritmo de vida de los años 50 con el que vivimos actualmente. Esto mismo nos hace entender un poco más la actitud del personaje de Freddie, el cual constantemente se acuerda de sus días de piloto en la RAF durante la Segunda Guerra Mundial, echando de menos la emoción que suponían los combates aéreos.


Como curiosidad añadiré que hay una versión cinematográfica anterior de esta misma obra de teatro, también con el mismo título, dirigida en 1955 por Anatole Litvak y protagonizada por Vivien Leigh en el papel que ahora interpreta Rachel Weisz.

En definitiva, se trata de una película con muchas cualidades y pocos defectos, lo cual actualmente es mucho para los tiempos que corren. Espero que los que podáis verla la disfrutéis y no os quedéis con que es una película lenta, en la que apenas pasa nada, porque sí pasan cosas, y muchas, pero hay que buscarlas en el interior de la película, no en su apariencia externa.


Gabriel Menéndez Piñera

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