Cinco hombres, una celda, un agujero en el suelo, túneles y más túneles, oscuridad, silencio y tensión, mucha tensión. Con estos simples mimbres realizó el director francés Jacques Becker en 1960, una de las mejores películas de la historia del cine y que, sin embargo, es casi desconocida en España. Ya su sencillo título “La evasión” (“Le trou”), nos empieza a indicar por donde van los tiros en esta película cuyo realismo y sobriedad son sus principales logros.
La historia transcurre en París en 1947 en una carcel en el interior de la ciudad en la que los presos esperan a que llegue el momento de ser juzgados. Así, se nos muestra en especial una celda en la que conviven cuatro reclusos y a la que llega uno nuevo, Gaspard Claude (Marc Michel). Al principio el nuevo recluso no es bien recibido ya que los otros cuatro tenían en mente fugarse creando un agujero en el suelo que conectase con las alcantarilla subterráneas. Sin embargo enseguida es aceptado en el grupo uniéndose a los otros en su intento de fuga.
Lo primero que llama la atención de esta grandísima película es la gran actuación que realizan los cinco protagonistas, los cuales eran actores semiprofesionales a excepción de Michel Constantin que interpreta el papel de Geo Cassine. Destaca sobre todos ellos Jean Keraudy cuyo labor como Roland Darbant, el manitas del grupo, es simplemente excepcional.
El guión corre a cargo del propio director Jacques Becker junto con Jean Aurel, el cual está basado en la novela escrita por Jose Giovanni que también colaboró en el guión. Este destaca, como toda la película, por su sencillez, pero también por la minuciosidad con la que describe todos los actos que ejecutan los protagonistas en su intento de fuga, como la creación de herramientas que les ayuden en su fuga.
Esta sería la última obra del director francés Jacques Becker, el cual moriría poco después, culminando una filmografía que comprende doce películas realizadas entre los años 1942 y 1960. Aparte de la que nos ocupa, otras películas destacables de este director son: “París bajos fondos” (“Casque´Dor”, 1952) y “Los amantes de Montparnasse” (“Montparnasse 19”, 1958).
Muchas son las virtudes de esta magnífica película, una de ellas es el uso de la luz, con una fotografía en blanco y negro muy contrastada y que destaca especialmente en las escenas en los túneles cuyos claroscuros son espectaculares. Otro elemento que destaca es la puesta en escena, de una sencillez apabullante que ayuda a potenciar el realismo de la cinta. A esto ayuda también la sobriedad en la dirección por parte de Becker, sobriedad que no está exenta en ningún momento de calidad, todo lo contrario, ya que en cada toma, en cada escena, en cada fotograma se siente el arte de esta obra maestra.
Otro detalle importante es el uso del sonido, el cual se convierte en un personaje más de la película, siendo fundamental en la creación de momentos de tensión que son constantes en el desarrollo de la trama. Quizás el más destacable sea cuando, aprovechando las obras que están teniendo lugar en la prisión, abren un agujero en el suelo de la celda con una palanca, esos minutos de metraje muestran la creación del agujero de forma acompasada como si fueran los latidos nerviosos de los componentes de la celda.
No puedo dejar de comentar que en todas las escenas de la película están presentes por lo menos uno de los cinco protagonistas, es decir no se nos muestra nada que ellos no conozcan, lo que le da más realismo e incluso un toque documentalista a la película. Esto, añadido a que la mayoría de las escenas nos muestran la vida en la celda o el trabajo en los túneles, hace que el ambiente que se refleja en la película sea tremendamente claustrofóbico. Este aspecto de la cinta únicamente se rompe en una escena que, a la postre, resulta fundamental en el desenlace de la trama, por lo que no la voy a desvelar.
Algo que diferencia claramente a esta película de las películas del género carcelario rodadas en norteamérica es el hecho de que tanto los presos como los funcionarios de la prisión son gente normal y corriente, es decir, los presos no son asesinos chiflados ni genios encarcelados injustamente. Así mismo, los funcionarios de prisiones se nos suelen mostrar en las películas hollywoodenses como sádicos o corruptos que se aprovechan de los presos, sin embargo en “La evasión” dichos funcionarios son personas muy amables que tratan a los presos con muchísimo respeto y que en ningún momento los humillan.
Como es lógico, pienso que esta película es la obra cumbre del género carcelario, por encima de obras más conocidas y valoradas como “Cadena perpetua” (“The shawshank redemption” 1994, Frank Darabont), “Fuga de Alcatraz” (“Escape from Alcatraz” 1979, Don Siegel), “Soy un fugitivo” (“I am a fugitive from a chain gang” 1932, Melvin LeRoy) o mi otra película preferida de este género que es “Fuerza bruta” (“Brute force” 1947, Jules Dassin).
Finalmente, sólo decir que se puede encontrar en formato Dvd en una edición muy sencilla en la que únicamente viene la película, pero que está a muy buen precio, imprescindible.
Gabriel Menéndez Piñera
He leido La evasión | Historias del celuloide con mucho interes y me ha parecido didactico ademas de bien redactado. No dejeis de cuidar esta web es bueno.
Muchas gracias por tu comentario, intentamos hacerlo lo mejor que sabemos. Un saludo.
La evasión | Historias del celuloide, interesante. Me encanta vuestra web.
Gracias. Esperamos seguir cumpliendo vuestras expectativas. Un saludo.
La evasión | Historias del celuloide, ¿Que mas nos puedes explicar?, me resulta insterense esta informacion. Saludos.
Siento decirte que no me atrevo a explicar más de la película, ya que eso haría que revelase parte importante de la trama y tenemos por norma en este blog no desvelar aspectos fundamentales de la misma. Gracias por tu comentario.
La evasión | Historias del celuloide, me ha parecido muy ameno, me hubiera gustado que fuese más amplio pero ya sabeis si lo bueno es breve es dos veces bueno. Enhorabuena por vuestra web. Besotes.
Gracias por tu comentario, tienes razón en que me quedó un poco corto el análisis, pero tenía miedo en contar demasiadas cosas que pudiesen desvelar más del argumento de lo que deseaba. Por otra parte la sencillez de la película creo que reclamaba un análisis igual de conciso. Un saludo.