Sobran las palabras

3 enero, 2014 /  Posted in Archivo de Críticas / Cine Independiente / Comedia / Estrenos

 Presentada en el pasado Festival Internacional de Cine de Gijón y estrenada en salas el pasado 20 de diciembre, “Sobran las palabras” (“Enough said, 2013) es la última película de la directora y guionista Nicole Holofcener. Ya en su momento comentamos que no entendíamos por qué una película con un carácter tan comercial como ésta era incluida en la Sección Oficial de un festival como el de Gijón. En efecto, “Sobran las palabras” tiene alguna virtud (pocas), pero carece del menor interés a nivel técnico y nos vuelve a contar por enésima vez la historia básica de las comedias románticas.

En ella Eva (Julia Louis-Dreyfus) es una divorciada cuarentona con una hija a punto de irse a la Universidad, que conoce en una fiesta a Albert (James Gandolfini) el cual se encuentra en la misma posición vital y social que ella. En la misma fiesta, Eva conoce a Marianne (Catherine Keener) que se convierte en clienta y amiga. Pronto empezará a salir con Albert, mientras su nueva amiga, también divorciada, se pasa todo el rato criticando a su ex-marido, el cual a razón de las explicaciones de Marianne se empieza a parecer sospechosamente a su nueva pareja.

Uno de los mayores problemas con el que cuenta la película es su falta de realismo, los personajes no tienen una vida idílica ni mucho menos, están solos, su trabajo no es ninguna maravilla, pero resulta que su máxima preocupación es el hecho de que sus hijas se van a ir a la Universidad  y van a estar sin ellas unos meses (concretamente desde septiembre hasta Acción de Gracias). La soledad de los personajes no se refleja en la película en ningún instante de una forma dramática, lo que hace que ésta tenga siempre un tono demasiado liviano.

Por otra parte el único elemento sorpresa del guión se desvela demasiado pronto (tras intuirse a los cinco minutos de película), lo que hace que la historia llegue demasiado pronto a un punto muerto del que no sale hasta el final (absolutamente previsible). Si hay algo por lo que destaca positivamente el guión escrito por Holofcener es por incluir unos cuantos diálogos bastante inteligentes y ligeramente graciosos, sin tampoco exagerar en su comicidad.

Respecto a los tres actores principales, destaca sobremanera la gran labor de James Gandolfini en una de sus últimas actuaciones para la gran pantalla antes de fallecer el pasado mes de Junio. Gandolfini abarca con su voz y su presencia toda la pantalla haciendo desaparecer de la misma a una Julia Louis-Dreyfus a la que en todo momento se la ve forzada y falsa en su actuación. Completa el trío protagonista una Catherine Keener maravillosa como siempre a pesar de tener que lidiar con un papel bastante soso y con muy poca enjundia.

Pero si hay algo por lo que esta película es sin duda una obra menor, es por la labor de dirección realizada por Nicole Holofcener. Su trabajo es más propio de un telefilme de sobremesa que de un trabajo para la pantalla grande. Holofcener realiza una dirección absolutamente plana sin ningún tipo de composición mínimamente complicada ni digna de tener en cuenta. La directora americana deja todo el peso de la película al guión y a los actores, lo cual es insuficiente a todas luces, ya que el guión no tiene el valor ni el carácter suficiente como para crear el suficiente interés en un espectador con un nivel medio de exigencia.

Se trata sin embargo de una película que gustará (y mucho) a su público objetivo, compuesto principalmente por mujeres mayores de treinta y cinco años y cuyo único interés en las películas sea que les haga pasar un buen rato sin más. Para aquellos que buscamos mucho más en las películas “Sobran las palabras” únicamente nos sirve para esbozar una ligera sonrisa de vez en cuando y despedirnos viéndolo  en una pantalla grande a un actor al que conocimos y amamos a través de su papel de Tony Soprano en la pequeña pantalla.

Gabriel Menéndez Piñera