Han tenido que pasar seis jornadas para que finalmente se haya visto una película poderosa en la Sección Oficial de esta edición. Me refiero a “Black” (Adil El Arbi, Bilall Fallah) revisitación suburbana de Romeo y Julieta rodada e interpretada con mimo y maestría, que se llevó el aplauso y la admiración del público presente ayer noche en el Jovellanos. Previamente me acerqué a la sección Rellumes para ver “Underground fragance” (Song Pei Fei) y tuve que sufrir en silencio el bochorno de tener que ver en la Sección Oficial de Gijón un engendro de película hipercomercialoide, destinado a un público muy diferente que el que se da cita en este festival. Estoy hablando de “Umrika” (Prashant Nair) de la cual no puedo comentar nada bueno, simplemente porque no lo tiene.
“Underground fragance”, ópera prima de su director Song Pei Fei, es un lúcido análisis de las consecuencias del increible desarrollo económico que ha experimentado China en los últimos años. Avances que no han evitado que las diferencias económicas se estén ensanchando en una sociedad hiperpoblada, la cual precisa una continua expansión en sus ciudades tanto en términos horizontales como verticales.
La película nos narra principalmente la historia de un joven que vive en una serie de habitáculos cochambrosos en el subsuelo de la ciudad, el cual por un accidente se queda temporalmente ciego. Una bailarina erótica que aspira a convertirse en comercial inmobiliaria, recién llegada a esos habitáculos, le ayuda en su día a día mientras no puede ver. Así mismo, los padres del muchacho, los cuales viven en una casa en las afueras, son presionados por una constructora para que les permitan demoler su casa para construir nuevos edificios.
De ritmo pausado y contemplativo, el film está rodado de forma inteligente, de tal forma que hace llegar su mensaje al espectador de forma sutil, sin remarcados innecesarios. Así mismo contiene algunas escenas de gran belleza formal, con una excelente colocación de la cámara. Si algo se le puede echar en cara es tener unos diálogos bastante pobres, los cuales en ningún momento aportan algo positivo al film. Hay otro pase de esta película mañana viernes 27 a las 22.15 en Gijón Sur.
A continuación llegó “Umrika”, film indio que venía con la vitola de haber ganado el premio del público en el Festival de Sundance, lo cual ya me había hecho pensar que iba a ser un film bastante blandito, pero nunca me imaginé que iba a llegar a estos niveles de edulcoramiento temático y estilístico.
El film nos habla de un poblado de la India en el que años atrás un joven del mismo partió hacia Estados Unidos para hacer fortuna. Tras mucho tiempo sin tener noticias de él, empiezan a llegar al pueblo cartas desde los states en las que cuenta lo maravillosa que es la vida allí. Sin embargo un suceso acaecido en su familia hace que su hermano pequeño Rama (Suraj Sharma) decida seguir sus pasos en su busca.
Todos sabéis de sobra mi devoción por este festival y mi defensa incondicional de aquellos que están al frente del mismo (los de antes y los de ahora), pero esta película es indefendible. Si algo se ha caracterizado el Festival de Gijón en los últimos 20 años es por la defensa de un cine diferente, un cine transgresor, un cine que aporte ideas nuevas (acertadas o equivocadas). Nada de eso hay en “Umrika” que se limita a reproducir en pantalla una serie de clichés sin gracia ninguna y con un estilo más propio de un telefilm de sobremesa que de una sección oficial como la de Gijón.
Espero que “Umrika” haya sido un accidente, que no se vuelva a repetir algo así en este festival, aunque en los últimos años hemos tenido alguna muestra más de este tipo de películas destinadas únicamente a vender entradas, pero que no aportan absolutamente nada a este Festival. Su destino es otro, pero por prudencia me voy a callar cual es. Si a pesar de todo alguien quiere verla, hay otra proyección esta noche a las 22.30 en la Sala 5 de los Cines Centro.
Por suerte enseguida me pude quitar el mal cuerpo que me había dejado el anterior film, ya que finalmente salió la película de Gijón en la Sección Oficial. “Black” es una obra honesta, plena de talento en cada uno de sus fotogramas, que mira de frente al espectador y le sostiene la mirada sin pestañear, porque conoce lo que cuenta y no se avergüenza de ello.
El argumento es una nueva adaptación de Romeo y Julieta de William Shalespeare, a partir de las dos novelas escritas por Dirk Bracke, lo que le da aún más mérito a la realización técnica y artística. En esta ocasión, se sustituye a familias rivales por bandas callejeras de la ciudad de Bruselas. El, magrebí, pertenece a los “1080” mientras que ella, de raza negra, pertenece a los “Black Bronx”. Su amor es imposible, igual que intentar dejar las bandas a las que deben una fidelidad cuya traición se paga con la muerte o algo peor.
Técnicamente el film es impoluto, desde la toma inicial de los títulos de crédito hasta la toma cenital que da fin al mismo asistimos a una sucesión de escenas realizadas con un talento extraordinario en las que todo suma. Un montaje ágil pero que no marea al espectador, una puesta en escena en ocasiones brillante y un muy correcto uso de la música hacen que la película sea un deleite para los sentidos. A ello hay que sumar el excepcional trabajo de la joven actriz que da vida a Mavela (Martha Canga), la cual cuenta con muchas papeletas de llevarse el premio a mejor actriz el próximo sábado.
Heredera directa del cine de bandas norteamericano que tan buenos títulos nos dejó en la década de los 90, este film no tiene nada que envidiar a películas como “Fresh” (1994, Boaz Yakin), “South Central” (1992, Steve Anderson) o “Clockers” (1995, Spike Lee). Muy al contrario, nos ofrece una visión clara, directa y compleja de lo que sucede en esos ambientes, pero adoptando una visión poética y trágica a través de la dulce historia de amor entre los dos jóvenes protagonistas los cuales se ven engullidos por una espiral de violencia de trágicas consecuencias.
Recomiendo encarecidamente que vayan a ver la proyección que de este film va a tener lugar hoy a las 20.00 horas en la Sala 5 de los Cines Centro, no se arrepentirán.
Gabriel Menéndez Piñera
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