Segundo día del Festival y primer atracón de películas de este año. Ayer pude ver dos películas de la Sección Oficial (esta vez sí a competición), “A white white day” y “Blanco en blanco”. También vi una perteneciente a la sección Esbilla, “Goldie” y el pase especial con la película española “Ventajas de viajar en tren”.
¿Es mejor intentar olvidar o, por el contrario, es preferible mantener vivos los recuerdos por dolorosos que sean?. Esta es la pregunta que nos plantea el director Hlynur Pálmason en “A white, white day”, la excelente película que dio comienzo a la Sección Oficial a competición del Ficx 2019.
Ingimundur, un memorable Ingvar Sigurdsson, es un hombre, viudo, padre y abuelo de una nieta de 8 años a la que adora y con la que comparte mucho de su tiempo en el pequeño pueblo islandés en el que viven. Su mujer, a la que adoraba, murió en un accidente de tráfico y él intenta mantener su mente y su cuerpo ocupado, construyendo una casa en la que vivirán su hija y su nieta. Un día descubre, de forma accidental, que su esposa quizás le fue infiel con un hombre más joven.
Retrato íntimo de la soledad tras la pérdida, “A white, white day” nos muestra la dureza de una persona, incapaz de desmoronarse, pero que siente el dolor por dentro, de manera muy personal. Su refugio es esa casa que no quiere terminar de construir nunca y su nieta, a la que su madre en constante depresión tras el accidente, no es capaz de atender debidamente.
El espectador se convierte en partícipe de lo que sucede observando, de la misma forma que lo hacen las cámaras de vigilancia de las complicadas carreteras que rodean el pueblo. Para ello Hlynur Pálmason mueve la cámara de forma suave (o directamente se queda estática), como si se tratara del espíritu de la esposa muerta, la cual desea seguir acompañando a su marido desde otra dimensión.
La deliciosa música de violín compuesta por Edmund Finnis, que acompaña al relato, refleja de manera extraordinaria la lucha en el cerebro de Ingimundur, el cual se debate entre la dulzura del amor que sigue sintiendo y el dolor por la pérdida del objeto de dicho amor. El broche a la película lo pone el tema “Memories” de Leonard Cohen, el cual acompaña los títulos de crédito de una película que dejará poso en aquellos que se acerquen a disfrutarla.
Se podrá volver a ver hoy domingo 17 a las 22.15 en la Sala 10 de los cines Yelmo y el sábado 23 a las 22.30 en la Sala 9 de los cines Yelmo.
Ya he comentado muchas veces que el cine Iberoamericano está en plena ebullición en los últimos años y “Blanco en blanco”, el segundo largometraje del director chileno Theo Court, no hace más que refrendar esta opinión. Un cine libre de ataduras comerciales y que da rienda suelta a la creatividad y a la imaginación.
Nos encontramos a finales del Siglo XX en la parte más sur del continente americano. Una tierra dura e inhóspita que empieza a ser conquistada por los occidentales. Hasta allí llega Pedro, un fotógrafo que ha sido contratado por un poderoso señor de la zona para que fotografíe a su futura esposa, una joven (casi niña) llamada Sara que conmociona a Pedro por su belleza.
La película es toda ella un espectáculo visual, tanto en las escenas de exteriores, en las que la nieve y el viento son protagonistas, como en las de interiores, en la que la penumbra sólo iluminada por velas nos regala toma de gran belleza.
En el lado negativo nos encontramos con un guión casi inexistente, lo que hace que las escenas se alarguen quizá más de lo debido y no haya ningún tipo de tensión narrativa que transmitir al espectador. Quizás diez minutos menos de metraje le hubieran venido muy bien a esta obra claramente visual.
Se podrá volver a ver hoy domingo 17 a las 17.00 horas en la Sala 10 de Yelmo Cines y el lunes 18 a la misma horay en la misma sala.
Las películas norteamericanas sobre jóvenes que viven en familias desestructuradas y tienen tratos con la droga (y todo lo que ello conlleva) son ya un subgénero en sí mismo. “Goldie”, el segundo largometraje del director Sam de Jong pertenece a dicho subgénero y a la variante música urbana.
Goldie (Slick Woods) es una joven de 18 años que vive con sus dos hermanas pequeñas, su madre y el novio de la misma. Mientras sueña con ser bailarina de videos musicales, se da de bruces con la realidad, cuando detienen a su madre por traficar con drogas. A partir de ese momento tendrá que buscar un lugar donde poder vivir con sus hermanas, mientras continúa su lucha por ser una estrella del baile.
La película toma un tono positivo en todo momento, a pesar de la dureza del tema que se nos presenta, casi se podría decir que es como un cuento de hadas urbano a ritmo de rap. Esto hace que, por un lado, el espectador no se sienta tan incómodo en su butaca, pero por otro, se pierde realismo y crítica social por el camino.
Quizás lo peor de la película sean sus intérpretes, no llegando casi al mínimo exigido en un largometraje profesional. La dirección tampoco tiene nada destacable, aunque no se le puede poner mayor reparo. Lo mejor es el guión, escrito por el propio director y que tiene la suficiente enjundia como para mantener atento al espectador en todo momento.
Se podrá volver a ver el lunes 18 a las 9.30 en el Teatro Jovellanos.
Finalicé la jornada con “Ventajas de viajar en tren”, el debut en el largometraje de Aritz Moreno. Resulta difícil explicar de que va este absurdo de 100 minutos de duración, en el que se juega con el espectador sin ningún tipo de coherencia y abusando en todo momento de toda la pirotecnia que las enfermedades mentales pueden aportar a un guión cinematográfico.
Helga (Pilar Castro), tras internar a su pareja en un centro psiquiátrico, vuelve en tren a Madrid. En el trayecto conoce a Angel (Ernesto Alterio), un psiquiatra que le cuenta la historia de Martín (Luis Tosar), un paranoico que trabaja de basurero y que es considerado un peligroso elemento.
Originalidad no le falta a la película, pero cae demasiadas veces en la grosería y el mal gusto. No es mojigatería por mi parte, es únicamente que se podría haber hecho algo mucho mejor con la idea original y este reparto tan glorioso en el que, además de los actores ya citados, nos encontramos con Quim Gutierrez, Macarena García, Belén Cuesta o Ramón Barea.
La película entretiene, siendo divertida a ratos, pero no es esa la razón de que exista un festival como el de Gijón. Se trataba de un pase especial, por lo que no hay otras opciones de verla dentro del festival y, como suele ser habitual, no ha sido estrenada en Gijón.
Gabriel Menéndez Piñera
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