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No esperes demasiado del fin del mundo

Radu Jude es uno de los pocos cineastas europeos capaces de combinar en sus películas la crítica feroz y la comedia manteniendo además un alto nivel artístico. En su última película, “No esperes demasiado del fin del mundo” (“Nu asptepta prea mult de la sfarsitul lumii”, 2023) carga contra el capitalismo desatado, el abuso de las multinacionales, las precarias condiciones laborales, el auge de la ultraderecha y la herencia recibida por el pasado comunista en su Rumanía natal. Todo ello para hacernos ver que, efectivamente, ya ha empezado el fin del mundo, pero como nos mantienen ocupados en nuestros trabajos todo el tiempo posible, ni de eso nos hemos dado cuenta.

Angela (Illinca Manolache) trabaja como ayudante de producción en una productora audiovisual de Bucarest. Su jornada laboral, conduciendo de un lado a otro de la ciudad, haciendo castings a víctimas de accidentes laborales, es extensiva a lo largo de todo el día. La rabia que le produce su situación laboral y la sociedad en general, la escupe a través de videos que se graba a sí misma, transformada gracias a los filtros del móvil, en Bobita, un energúmeno machista, xenófobo y grosero. Un reflejo de todos los ignorantes que pueblan la Europa actual y que no sólo niegan el cambio climático, si no que (al no entenderlos) odian a todo aquel que es diferente a ellos.

Resumir en unas palabras todo lo que contiene esta película es realmente complicado. Empezaré destacando la inteligente manera por parte de Radu Jude de mostrarnos lo poco que hemos cambiado como sociedad en los últimos 40 años. Para ello intercala las escenas de Angela conduciendo por la ciudad, con las escenas de la película “Angela Merge mai departe” 1981, Lucian Brau), en la que una mujer taxista conduce por los mismos escenarios por los que va pasando Angela con su vehículo y que refleja las dificultades que tenía por aquel entonces (en la Rumanía de Ceaucescu) una mujer a la hora de hacer un trabajo en el que estás totalmente expuesto. Al alternar ambos momentos temporales, como un juego de espejos,  vemos que las cosas apenas han mejorado para las mujeres.

Angela es usada por su empresa para captar personas accidentadas, en teoría para hacer un documental que prevenga futuros accidentes, cuando en realidad lo que buscan es limpiar su imagen corporativa. Por ello esa última escena con un plano fijo de unos 30 minutos, en los que se resume mucha de la problemática social existente en cualquier parte del mundo, es de una categoría fuera de lo común.

“No esperes demasiado del fin del mundo” no es una película apta para espectadores impacientes, pero satisfará plenamente a aquellos que entren en su juego de espejos y su afilada crítica, no exenta de momentos cómicos, a muchas de las cosas que están mal en este planeta que habitamos. Una buena muestra de que el cine europeo está más vivo que nunca y que los planteamientos tanto narrativos, como formales son reinventados constantemente, dando a los espectadores nuevas visiones de este arte llamado cine.

Perteneciente a la Sección Oficial Albar de este FICX 61, se podrá volver a ver el próximo sábado a las 16.30 en la Sala 1 de Ocine.

Gabriel Menéndez Piñera

 

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