16 noviembre, 2012 / 
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Beyond the hills
El 50 Festival Internacional de Cine de Gijón se inauguró el 16 de Noviembre de 2012 con esta película Rumana, la cual ya obtuvo en el pasado Festival de Cannes el premio al mejor guión y a la mejor actriz ex-aequo para sus dos protagonistas. El título original de la misma es “Dupa Dealuri”
El argumento es el siguiente, Voichita es una joven monja que vive en una comunidad ortodoxa rumana muy estricta y que recibe la visita de Alina, su mejor amiga, que viene desde Alemania con la intención de que se vaya a vivir con ella. Sin embargo, Voichita no está dispuesta a abandonar la vida que lleva y con la que ha encontrado el hogar que ninguna de los dos tuvo.
Voichita está interpretada por la actriz Cosmina Stratan, el papel de Alina lo realiza Cristina Flutur y el del sacerdote de la congregación por el actor Valeriu Andriuta. Todos ellos están a un gran nivel en sus respectivos papeles, complicados todos ellos, dando gran parte del crudo realismo que tiene la película.
El director de la cinta es el rumano Cristian Mungiu, el cual con su anterior película
“4 meses, 3 semanas y 2 días” (“4 luni, 3 saptamini si 2 zile”, 2007) nos había cautivado con el relato de dos jóvenes que, en la Rumanía comunista buscan a alguien que le practique un aborto a una de ellas. Sin embargo, en esta ocasión, no nos ha acabado de llegar la película, debido quizás a su tramo intermedio, demasiado largo, farragoso y repetitivo. La película en general está bien, es seca, directa, cruda y sin ningún respiro para el espectador. Pero es demasiado larga, le sobran unos 20 minutos de esa zona intermedia en el que el director se explaya demasiado mostrándonos la vida (si a eso se le puede llamar vida) en la comunidad ortodoxa y como va transformándose la relación entre las dos amigas.
El guión es del propio director, el cual adapta una novela de Tatiana Niculescu que está basada en hechos reales. Quizá por eso el director rueda la película con un tono documental en el que la cámara no se mueve en los planos generales de interior, y cuando sigue a un personaje por el exterior, lo hace cámara en mano como si fuese un reportero de televisión cubriendo un reportaje.
La película nos habla de como la amistad y el amor entre dos personas se ve alterado por circunstancias ajenas a él, como la religión o la necesidad de verse aceptado en un grupo cerrado. Al final, muchas veces, estas circunstancias son tan fuertes que acaban con cualquier cosa que se les ponga por delante. Es importante resaltar que las dos mujeres protagonistas nunca han tenido familia, hogar ni nada que se le parezca.
Un aspecto interesante es el hecho de mostrarnos como viven esas comunidades ortodoxas radicales en Rumanía y su estricta forma de vivir la religión, de forma que para ellos prácticamente cualquier cosa es pecado.
La fotografía es de Oleg Mutu, en la cual predominan los tonos grises en las escenas en el exterior acorde con el tono de la película y de las situaciones que se nos muestran en la misma. Sin embargo en las escenas de interior la luz se hace más viva y cálida resaltándonos la seguridad que da el vivir dentro de los muros de la comunidad religiosa, a pesar de la rigidez de su forma de vida.
En definitiva, es una buena película, la cual podía haber sido bastante mejor si se hubiese recortado parte de su largo metraje (dura 150 minutos).
Para los que estéis interesados en verla, se proyecta hoy sábado 17 a las 22.00 en los Cines Centro y el lunes 19 a las 20.00 en Gijón Sur.
Gabriel Menéndez Piñera
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