Cada año quienes suscriben este blog aguardan la llegada del FICX cual si de niños esperando la llegada de los Reyes Magos se tratase. Y es que no hay mejor regalo para dos cinéfilos como nosotros que un buen programa plagado de películas con las que disfrutar a lo largo de algo más de una semana. Tenemos planeado asistir a unas 30 proyecciones de las que diariamente os iremos dando buena cuenta. ¡Comienza el FICX!
Durante la primera jornada de la 51 edición hemos asistido a la proyección de tres películas muy distintas entre si. Una de ellas dentro de la Sección Oficial ,aunque fuera de concurso, “A promise” de Patrice Leconte, una que compite en la sección Rellumes “The house with a Turret” de Eva Neymar (a la que hemos dado muy buena nota) y otra perteneciente al ciclo del director coreano Hong Sang-soo “Woman is the future of man”.
La primera de ellas” A promise” (2013), servía para inaugurar el presente festival y venía de la mano del director francés Patrice Leconte autor de “El marido de la peluquera” (“Le mari de la coiffeuse”,1990) o “El hombre del tren” (“L’homme du train”,2002)”entre otras. En “A promise” el director nos muestra una sencilla historia de amor triangular en la Alemania de principios del siglo XX basada en la novela de Stefan Zweig “Viaje al pasado”. Friederich (Richard Madden) es un joven ingeniero que trabaja en la fábrica de Karl Hoffmeister (Alan Rickman). Dadas sus buenas dotes para los negocios no tarda en hacerse con la confianza del propietario quien sufre una enfermedad cardiaca que le obliga a permanecer confinado en su casa, por lo que Friederich se instala en la vivienda familiar para así poder trabajar con él mano a mano. Es así como comienza a entablar una estrecha relación con Charlotte Hoffmeister (Rebecca Hall), la mujer de su jefe, surgiendo entre ellos un amor que se verá truncado por la marcha de éste a México y por la llegada de la Primera Guerra Mundial.
“A promise” destaca por muchas cosas pero sobre todo por contar con una Rebecca Hall absolutamente fantástica al igual que su marido en la ficción, Alan Rickman. Es por ello por lo que nos ha sorprendido la elección de Richard Madden como tercero en discordia. Nunca el dicho de tres son multitud fue tan cierto, ya que la falta de nivel interpretativo de Madden resta al total de la película un punto de credibilidad y la ausencia absoluta de química entre los dos jóvenes protagonistas hace que la historia de amor resulte un tanto fría y distante.
Sin duda, una de las cosas que más llama la atención es una puesta en escena grandiosa que reproduce fielmente la época en la que se desarrolla el drama, recreando un vestuario primoroso y unos ambientes cargados de romanticismo. Una hermosa fotografía plagada de bellísimas imágenes que se centra en la vida cotidiana de los protagonistas y los ambientes burgueses en los que estos se mueven viene a completar una obra muy destacable en ese sentido. El ritmo avanza un poco a trompicones al inicio de la cinta para introducirnos en la trama dando paso posteriormente a un desarrollo pausado que se recrea en la tensión emocional de los dos enamorados y la imposibilidad de demostrar su afecto el uno al otro debido a sus situaciones personales.
Otro aspecto destacable es el continuo juego al que somete el director a la cámara, ya que ésta alterna durante todo el metraje tomas en las que la cámara se coloca estratégicamente en un lugar fijo con otras en las que se mueve de forma constante, llegando a acercarse a los personajes de forma brusca.
Como puntos en contra hay que destacar la previsibilidad del argumento, en el que todo ocurre tal y como se espera que va a suceder. Así mismo en la primera mitad del film se produce un excesivo uso de la música para remarcar determinadas escenas de forma artificiosa.
Para los que no hayais podido disfrutar de ella, os informamos que se podrá ver de nuevo el lunes 18 a las 22.30 en la Sala 5 de los Cines Centro.
La segunda de las películas de las que hemos podido disfrutar fue la película ” The house with a Turret” (“Dom s bashenkoy”,2012) de la directora Eva Neyman y que compite en la sección Rellumes.
En 1944 un niño de ocho años (Dymitriy Kobetskoy) viaja con su madre ( Yaketerina Golubeva) en tren por una Rusia fría y desolada por la guerra para reunirse con su abuelo. Pero todo se complica al enfermar gravemente la madre del pequeño, por lo que tendrán que abandonar el tren, quedando la madre hospitalizada en una pequeña y mísera ciudad. Ello hace que el niño quede sólo en una ciudad desconocida, teniendo que enfrentarse al frío, al hambre y al temor a que su madre muera.
Un film ucraniano con una maravillosa fotografía en blanco y negro que reproduce en cada fotograma una auténtica obra de arte que recreó muy gratamente nuestras pupilas, lo que unido a la actuación del joven protagonista da vida a un drama intimista que desarrolla el instinto de supervivencia y que nos muestra que la guerra y la necesidad saca lo mejor y lo peor de cada uno.
El film está rodado con un tono casi documental en cuanto que refleja de forma admirable la vida cotidiana de la gente durante el conflicto, lo que hace que el espectador sienta en sus propias carnes el frío, el hambre, la tristeza, el dolor y la miseria que sienten los distintos personajes que se nos muestran, de tal forma que hay momentos que parece que estamos viendo un documental de la época. Así mismo la dureza de la historia contada de un modo áspero y seco hace que el espectador no tenga un momento de respiro. Sin embargo la exquisita forma en que está rodada visualmente la película hace que esta dureza se vea suavizada ligeramente ya que cada encuadre que se nos muestra es una gozada para la vista.
En definitiva, una película que merece mucho la pena ver y disfrutar de sus bellísimas imágenes, acompañando a este niño en su lucha por seguir adelante a pesar de las muchas dificultades que se le plantean. Se podrá ver de nuevo el próximo lunes 18 a las 12.00 de la mañana en La Laboral.
Ya por último asistimos al visionado de “Woman is the future of man” (2004) dentro de la retrospectiva que el Festival dedica al director coreano Hong Sang-soo. Quizás sea esta última la que de las tres nos ha dejado un tanto mas indiferentes ya que albergábamos grandes expectativas ante el descubrimiento de la obra de un director hasta el momento desconocido para nosotros.
Dos amigos Lee Mun-ho ( Ji-tae Yu) y Lee Mun-ho (Tae-woo Kim) se reencuentran tras años sin verse y al acordarse de un viejo amor Park Seon-hwa (Hyeon-a-Seong) deciden ir a verla. Las vidas de varios personajes convergen en esta cinta donde aparecen algunos de los temas recurrentes del director, tales como el carácter machista de los hombres hacia las mujeres, las obsesiones sexuales o la tosca intelectualidad de los personajes, que proporciona ciertos momentos de comicidad e incluso de vergüenza ajena.
La improvisación en el guión del que hace gala el director nos proporciona una historia carente de un argumento que cause demasiado interés al espectador. Es loable por otra parte la naturalidad y la frescura con la que los actores se desenvuelven ante una cámara casi siempre fija y la colorista fotografía de la que hace gala la película, la cual esta narrada de forma no lineal con continuos saltos hacia delante y hacia atrás durante la primera mitad de la misma. En la segunda mitad, la narración se vuelve más convencional desembocando en un final que nos dejó igual de fríos que el resto de la película.
Hay otra oportunidad de poder ver esta película el próximo lunes 18 a las 19.45 en la Sala 4 de los Cines Centro.
Gabriel Menéndez
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