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La vida de Adèle

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Que el cine europeo está a años luz por delante del cine norteamericano ya es un hecho constatado que, desde hace un par de años, no se puede ignorar. Cada mes que pasa esta distancia se hace más y más grande gracias sobre todo a las películas que nos llegan de Francia, país que año tras año produce el mejor cine que llega a las carteleras y a los festivales de todo el mundo. Estos días tenemos en cartelera una nueva muestra de lo que estoy diciendo con la película “La vida de Adèle” (“La vie d’Adèle – Chapitre 1 & 2”) película coproducida entre Francia, España y Bélgica y dirigida por Abdellatif Kechiche.

La historia no puede ser más simple, en ella se nos muestra a Adéle (Adéle Exanchopoulos) una adolescente con muchas dudas respecto a su identidad sexual que tras abandonar una relación con un chico, conoce a Emma (Léa Seydoux) una chica abiertamente homosexual y mayor que ella. Entre ambas surgirá un amor apasionado convirtiéndose con el tiempo en una pareja estable que comparte el piso de Emma, pero en un momento dado Adèle comienza a sentirse ligeramente apartada por Emma y su trabajo como pintora.

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Esta película te sumerge en una experiencia emotiva apabullante en la que durante, las tres horas que dura la cinta, se nos muestra la vida de un personaje, Adèle, al que vemos crecer como persona, vemos su felicidad, su tristeza, sus errores, su inseguridad, nos sentimos absolutamente cercanos a ella y a sus vivencias. La película consigue transmitir dichas vivencias con una fuerza tal, que al acabar la misma nos sentimos completamente desasosegados, ya que queremos saber más de este maravilloso personaje, queremos saber como sigue su vida, que le pasa a continuación y no nos importaría que la película durase seis horas más. Esta película consigue que Adèle se convierta en un ser querido por nosotros y nos preocupamos del futuro del personaje ante el final abierto con el que termina el film.

Esta identificación con el personaje es debido a la labor de la actriz que lo encarna. Sinceramente no se como explicar la excelente labor de Adèle Exanchopoulos. La expresividad, las miradas, las risas, los llantos, las dudas, todo es representado por esta actriz de una forma admirable y durante una cantidad de tomas inacabables, ya que la cámara persigue constantemente en primeros planos la vida del personaje de Adèle, por lo que la labor de la actriz se torna gigantesca en todos los sentidos. A su lado, no le va a la zaga Léa Seydoux cuya interpretación de la amante de Adèle es también soberbia, con una naturalidad y un realismo que asustan. Así, no nos cabe duda ni de la orientación sexual de su personaje, ni del amor que siente por Adèle, siendo Emma su personaje  alguien con una gran personalidad que sabe quien es, que siente y lo que quiere que sea su vida.

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El guión está escrito por el director, Abdelatif Kechiche, junto a Chalia Lacroix y está basado en el  comic-book “El azul es un color cálido” escrito por Julie March. En dicho guión destacan especialmente los excelentes diálogos de naturaleza cultural que aparecen a lo largo de la cinta. Así, conversaciones de literatura, pintura, arquitectura o filosofía aparecen a lo largo del metraje de forma constante haciendo las delicias de los que como yo, aman el arte por encima de todo. Así mismo están perfectamente delimitados todos los personajes que aparecen en  la película, no sólo los dos principales, lo que da un mayor realismo si cabe a la película.

 

Como ya he dicho antes, Abdellatif Kechiche es el director de esta obra maestra del cine. No voy a entrar a valorar los controvertidos métodos usados con las actrices para sacarles el realismo dramático que se nos muestra, sólo pienso que su labor al juntar todas las piezas de este puzzle cinematográfico es algo excepcional consiguiendo una obra adulta, necesaria en este mundo en el que vivimos en el que los sentimientos cada vez cotizan más a la baja. Su obsesión por el realismo se concentra en seguir constantemente al personaje de Adèle con su cámara, ofreciéndonos constantemente primeros planos de la actriz, de tal forma que parece que llegamos a oir su respiración de lo cerca que estamos de ella y de sus sentimientos.

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En esta película se nos muestra lo que es la vida, la vida de una persona con muchísimas virtudes, belleza física, dedicación , inteligencia, sensibilidad extrema, cultura. Pero también con sus defectos, sus debilidades, sus errores, errores que todos los seres humanos cometemos a lo largo de nuestra vida y que en mayor o menor medida marcan nuestra existencia de manera más directa que todas las virtudes que podamos tener.

Como no podía ser de otra manera, las bondades de esta obra hicieron que el jurado del pasado Festival de Cannes le concediera por unanimidad la palma de Oro a la mejor película llevándose además el premio del jurado Fipresci.

Ahora que estoy acabando de escribir este análisis de “La vida de Adèle”, me doy cuenta de que he estado perdiendo el tiempo, ya que  esta película no se puede explicar con palabras. Esta película hay que verla, vivir la experiencia, sentir ese amor apasionado que sienten los personajes, oir esos diálogos maravillosos, en definitiva conocer a Adèle y dejar que se convierta en nuestra amiga, una amiga a la que nos será dífícil dejar de lado u olvidarnos de ella. Por ello no voy a escribir nada más, me voy a acordar de mi amiga Adèle y desearle que todo le salga bien el resto de su vida.

Gabriel Menéndez Piñera

 

 

 

 

13 comentarios a La vida de Adèle

  • Espanto  dice:

    Estoy en general de acuerdo en todo lo que plantean las lesbianas indignadas con esta película y también me rebelo contra la hipocresía y la imbecilidad de los críticos y festivales correspondientes. El sexo en el cine me parece un tema de lo más interesante porque muchas veces actúa como un reclamo morboso en si mismo que se desconecta del relato en el que está inserto. Desde luego la película que nos ocupa es un ejemplo claro de este efecto, y entiendo por ello la ira que ha provocado.

    La cuestión es: ¿es lícito mostrar sexo actuado en un relato? Yo pienso que sí, claro. Pero también es cierto que el carácter claramente perturbador de la visión de personas, aunque sea fingido, practicando sexo muchas veces no complementa la narración sino que ejerce como elemento distorsionante. Y, por supuesto, en “La vida de Adele” esto está llevado al extremo porque realmente las actrices están representando su sexo de una forma tan expícita que cuesta trabajo decantarse por si es sexo fingido o real. Para un espectador masculino heterosexual este momento claramente se desconecta del relato porque la excitación de ver esta fantasía es lo único que importa en ese momento. Y es normal que sea así. Lo lamentable es que el director y los críticos alabadores sean tan cínicos e hipócritas para hacer pasar este elemento determinante de la película como un hermoso complemento y no como un reclamo morboso, y por ende, comercial.

    Si quiero ver sexo, veo porno. Pero no me vendas cine con algo demasiado parecido al porno porque somos todos mayores y me estás tomando por tonto.

    • celuloide  dice:

      Espanto, tu comentario (con insultos y descalificaciones) se responde por sí sólo, por lo que no voy a perder el tiempo en decir nada sobre ello.

  • MDM  dice:

    Un saludo de antemano, soy lesbiana si, pero ante todo mujer, me quedo aun con las ganas de conseguirme el cómic de esta peli pero sin duda esta dentro de mis próximas compras… pero a lo que vamos, agradezco tu critica sinceramente la película tiene momento bellos y sinceros, claro esta que no vamos a exponer una relación de años en tres horas y si es un hecho que el sexo vende, si se pasaron con el tiempo de la escenita sexual pero vamos que se ven monas las muchachas en esas posiciones, me conflictua poco pensar si un hombre o mujer fue quien lo hizo, cada visión tiene lo suyo excluir implica cerrar por ende juzgar, cuento de nunca acabar, la peli es buena, le falto algo, y no se, a mi parecer es larga e inconclusa pero asumo por eso la de la parte uno y dos me quede con ganas de ver que sucede. En si reitero para mi es buena, disfrutable no tan sincera pero te saca tu rato emotivo frente a la gran pantalla. Saludos y sigue con estas reseñas, criticas, vamos que al visión de cada uno forma un todo y al final expresarnos nos hace mas libres :). Gracias,

    • celuloide  dice:

      Muchas gracias por tu comentario, creo que es la opinión de alguien muy maduro y que sabe mirar además de ver. Yo es lo que intento hacer cada vez que veo una película mirar más allá de lo que se ve en la pantalla y luego intentar expresarlo con palabras. A veces sale mejor, a veces sale peor como todo en la vida. Un saludo y mi admiración.

  • Delatte  dice:

    Pues sinceramente, para que se hagan películas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… Mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance. Las propias lesbianas somos tan críticas con esta película precisamente porque nos vemos reducidas a una fantasía absurda de un hombre heterosexual, posturas ridículas y una actitud como de “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo”. Teniendo una historia tan maravillosa como la que tenía, con un temazo a desarrollar, un punto de partida estupendo en la obra original para trabajarlo y unas actrices entregadas y convincentes para darle vida, Kechiche ha malgastado sus 180 minutos de película en tijeras cunnilingus. A “La Vida de Adèle” le falta verdad y le sobran erecciones. En su cómic, Julie Maroh quiere dar visibilidad a las dificultades con las que se encuentra un adolescente durante el proceso de aceptación de su diversidad sexual, además de presentar una historia de amor excelente, bien cuidada, respetuosa, estética. Pero la prioridad de Abdellatif Kechiche ha sido ejercer de dictador. Él quería sostener la lupa como un voyeur dándose el lujo de exigir todas sus fantasías desde el lugar más privilegiado. No nos extrañe pues que Maroh haya denominado a esta película “pornografía para mentes masculinas”.
    Y conste que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado, como por ejemplo sucede en el cómic. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica. Podía haber sido una escena de sexo rodada con respeto, buen gusto, erotismo y sensibilidad y no quedarse en el puro morbo de un director tiránico que parece regodearse en las tijeras y el cunnilingus mientras filma para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como otra cosa. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual y obsesivo.
    Por ejemplo, una película como Nymphomaniac es bastante más honesta que ésta en cuanto a propósitos y objetivos, ya que no miente al presentarse a sí misma: “FORGET LOVE” es su frase de presentación y en ningún momento reniega de sus escenas pornográficas o de sexo explícito. Pero Kechiche hace todo lo contrario, muy hipócritamente: rueda escenas claramente pornográficas y de bastante mal gusto y nos las quiere hacer tragar no sólo como necesarias sino como demostración de la pasión más auténtica. Pues por eso yo no paso, lo siento mucho, no quiero que se me tome por idiota. Lo que ha rodado este hombre es porno, se ha recreado en él y en las actrices y ha querido hacerlo así para llenar más salas, crear más audiencia y alimentar más morbo (sobre todo el masculino).
    Si habéis leído el cómic (que os recomiendo para que veais por vosotras mismas la diferencia), comprobaréis que las escenas de sexo no tienen nada que ver. Son explícitas, sí, pero no se recrean injustificadamente ni ofrecen morbo gratuito no resultan tópicas o insultantes. Son naturales, sugerentes y estéticas. En la película no veo más que tetas bamboleantes y posturas ridículas propias de un vídeo de Youporn.

  • Alice  dice:

    A mí lo que me indigna es que unas cuantas personas hablen por todas las lesbianas diciendo qué nos indigna supuestamente. Acabo de ver la película y lo que menos sentí es humillación ni cualquier otra sensación de degradación. Tampoco sentí que lo que estaba viendo era pornográfico. Al contrario, sentí exactamente aquellas virtudes que esta reseña nombra. Fue hermoso, las escenas de sexo fueron hermosas, a mí (yo, lesbiana, persona individual, etc) me gustaron, me sentí identificada con los movimientos de Adele, qué te puedo decir.
    Y sí, me molestan las lesbianas que se quejan de las escenas de sexo por no ser “reales” (no deja de ser una película) o ser “heteronormativas”, yo no la vi de esta forma: vi a dos mujeres amándose como se les daba la concha gana.

    • celuloide  dice:

      Gracias por tu comentario Alice, me has devuelto la confianza en que había escrito una reseña adecuada a lo que se siente tras ver la película. Es cierto que hay gente que no sabe separar el grano de la paja, pero hay que soportarlos al igual que muchas otras cosas. Un saludo.

  • G.  dice:

    Creo que las escenas sexuales (evidentemente pornográficas) causan tanta indignación porque en ellas el director está lejos de ser ingenuo o esteta al haberlas rodado, sino morboso. Ni las lesbianas practicamos tan frecuentemente las tijeras (de hecho es una postura poco común y que está más presente en las fantasías heteros que en nuestras prácticas reales) ni desde luego tampoco follamos así la primera vez, como dos actrices porno que ya lo supieran hacer todo. No seamos inocentes, por favor: nuestra indignación radica en el hecho de que la mirada de este director es bastante hipócrita, porque nos quiere vender unas escenas sexuales supuestamente filmadas con realismo, belleza y sensibilidad cuando lo que vemos es pura recreación pornográfica con fines comerciales. El sexo lésbico vende, y eso el director lo sabía y por eso lo ha explotado, por eso todas las justificaciones de estas escenas nos parecen cuentos y engaños bastante perversos. De ahí nuestra indignación. Aunque quizá es difícil de comprender por el colectivo ajeno a las lesbianas… es como si hubieran cogido algo importante o valioso para nosotras y lo hubieran pervertido y convertido en algo barato y ofensivo, algo que sirviera para que el público se excitara y se regodeara vulgarmente. Nuestra indignación viene de que se haya manipulado y ninguneado el sexo lésbico por parte de un director heterosexual, y en esto tengo que darle la razón a la autora del cómic: ¿tanto habría costado contar con la opinión de alguna lesbiana durante el rodaje?
    Las lesbianas (y las mujeres en general) han sido durante mucho tiempo (y todavía lo siguen siendo, desgraciadamente, y películas como ésta son la prueba) simples objetos invisibles y subordinados al placer masculino. Es decir, que sólo han existido visualmente para poner cachondo al hombre heterosexual. Nuestra liberación ha llevado mucho tiempo para que ahora vengan de nuevo con esos mismos principios ofensivos y ninguneantes. Sí, hace falta ser lesbiana para comprenderlo. No es “tener un carnet de lesbiana” ni “alma pura de lesbiana”, no, sino haber vivido la humillación, la represión y el silencio que el colectivo ha sufrido durante siglos (los gays también, pero qué sorpresa, en ellos el hombre heterosexual no encuentra motivo para regodearse). La marginación, la ofensa y el ninguneo al colectivo lésbico sigue estando a la orden del día, en detalles tan cotidianos como películas o cualquier otra manifestación audiovisual y en mil cosas más, porque el heteropatriarcado y el heterocentrismo/heteronormativismo sigue haciendo muchísimo daño, incluso a niveles muy sutiles, y su gran triunfo es hacer pensar que quien lo ve exagera, es una histérica o está desfasada porque “estas cosas ya no pasan”.
    Por todo ello esas escenas sexuales me han ofendido, indignado y humillado como mujer y como lesbiana.

    • celuloide  dice:

      Mira G. realmente creo que no has leido mi crítica, ya qeu si fuera así ta hubieses dado cuenta que no he mencionado en ningún momento las escenas sexuales en ella. No entiendo que alguien se sienta ofendido por algo que aparezca en una película, por muy militante que seas. Creo que toda esa parrafada que has escrito lo tenías que haber hecho en otro blog que trate otros temas, ya que este blog está hecho para hablar únicamente de cine. Un saludo.

      • zhora  dice:

        Excelente critica para una excelente pelicula. Felicidades

        PD No tenga en cuenta a las lesbianas paranoicas, estan fatal.

        • celuloide  dice:

          Gracias Zhora.

  • Concha  dice:

    Gabriel, he visto la película y creo que no has podido expresar mejor lo que se siente a lo largo de la proyección. Adele es un personaje que me hizo vivir su pasión, su fuerza, su impotencia, su soledad… Es una película a la que le faltan horas y, con franqueza, volvería a verla. Sé que hubo muchas conversaciones, muchas miradas que se me pasaron.

    • celuloide  dice:

      Muchas gracias Concha, la verdad es que tenía muy claro que esta crítica tenía que ser escrita de forma apasionada, al igual que la película. No veía otra manera de expresar las sensaciones que me había provocado su visionado. Gracias por seguirnos.

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