Hay pocos largometrajes en la historia del cine que hayan tenido una mayor influencia en el resto de películas creadas posteriormente que “Blancanieves y los siete enanitos” (“Snow White and the seven dwarfs”, 1937). Esta obra maestra del cine fue el primer largometraje de animación y supuso un éxito tal, que a partir de él se sentaron las bases para todas las demás películas de este tipo de cine que vinieron a continuación hasta nuestros días. La historia se repetiría ligeramente 58 años después cuando el estudio de animación Pixar estrenó “Toy Story” (1995), la primera película de animación creada enteramente por ordenador, pero esa es otra historia que abordaré algún día de éstos.
En Blancanieves trabajaron más de 750 personas durante cuatro años de producción (desde 1933 hasta 1937) y tuvo un coste de casi 1,5 millones de dólares de la época que casi lleva a la ruina al estudio regentado por Walt Dysney. La expectación creada en los medios de la época ante el estreno de esta obra era increible ya que Walt Disney ya era una celebridad en esos años gracias a los cortos de Mickey Mouse, el cual ya era una estrella internacional y a las “Sinfonías Tontas” (“Silly Simphonies”), cortos de gran calidad artística y con los que ya había ganado premios de la Academia.
El argumento es más que conocido por todos, pero haré un breve resumen. En un castillo viven Blancanieves y su malvada madrastra, la cual no puede soportar que la joven sea más bella que ella. Por ello le ordena a uno de sus súbditos que la lleve al bosque y allí la asesine, sin enbargo la orden no se cumple y Blancanieves escapa por el bosque hasta que encuentra una choza donde viven siete enanitos que la acojen. La madrastra se entera que Blancanieves está viva y decide ser ella misma la que ejecute a la muchacha.
El guión de la película fue escrito practicamente por todos los trabajadores del estudio, los cuales iban aportando ideas y sketches, de todos ellos algunos quedaron finalmente en la película y otros fueron descartados. La base del gúión es, por supuesto, el cuento clásico escrito por los hermanos Grimm, pero también se tuvo muy en cuenta una obra de teatro basada en el libro y estrenada en 1912. Así mismo Walt Disney reconoció la influencia de una película muda basada en dicha obra de teatro, con Marguerite Clark como protagonista. La historia se simplificó bastante respecto al cuento original, ya que no se hace referencia al nacimiento de Blancanieves, la muerte de su madre y el matrimonio en segundas nupcias de su padre con la malvada madrastra.
El director que aparece en los títulos de crédito es David Hand, sin embargo está bien claro que el verdadero responsable de la creación de esta obra maestra es Walt Disney. Disney consiguió crear una serie de equipos artísiticos de primerísima calidad que dieron forma a todas las ideas que tenía incrustadas en su cerebro desde años atrás.
Hay una gran cantidad de escenas en esta película que llaman la atención por su belleza, su complejidad, su innovación o por su calidad artística. Destacaría especialmente las siguientes escenas, una de ellas es la huída de Blancanieves por el bosque, rodada de forma surrealista, influenciada sin duda por el cine alemán de entreguerras. Otra escena que se marca en la retina del espectador es aquella en que la reina le pregunta al espejo quien es la más bella del reino. Otra más es el momento en que los enanitos van caminando hacia su casa cantando en fila y cada uno de ellos se mueve de forma diferente y acorde con su personalidad, en un alarde sin precedentes de refinamiento técnico impensable para la época. Finalmente la terrorífica escena en que la reina se convierte en una bruja sigue impactando al espectador por muchos años que hayan pasado desde su creación, plena de detalles macabros fue una de las escenas que más quebraderos de cabeza dio al equipo creativo de la película.
Uno de los handicaps de la película es el hecho de que cada personaje fue creado y animado por un equipo diferente de personas (forma de trabajo que se mantiene en la actualidad en muchas películas de animación), lo que hace que se perciban notorias diferencias de calidad y estilo entre los personajes. Ásí, los enanitos son un prodigio de animación, expresividad y detalle, sin embargo tanto Blancanieves como el príncipe, a pesar de su estilo figurativo, tienen unos movimientos poco naturales y parecen figuras de museo. Esto no sucede con la reina malvada que está creada con una calidad impresionante, inaugurando la galería de malvados de la marca Disney. Mención aparte merecen el grupo de animales del bosque que aparecen en el film y que marcaron el estilo que se usaría a partir de entonces en todas las futuras producciones de animación.
Otra de las innovaciones de la película es el uso generalizado durante toda el film de la cámara multiplano (ver foto más abajo). Esta cámara, que ya había sido probada en alguno de los cortos de Disney realizados con anterioridad, consiste en una torre de 4,20 metros de altura en la uqe se pueden fotografiar siete planos diferentes a distintas alturas. Este complejo mecanismo hacía que se consiguiese algo hasta ahora impensable en los dibujos animados: profundidad, lo que equivale a un realismo que no podía ni ser soñado anteriormente.
Mención aparte merece la música que aparece en la película, ya que todas las canciones compuestas para Blancanieves son de una calidad extraordinaria y se han convertido en clásicos de la cultura norteamericana. Desde “Mi príncipe vendrá” a “Silbando al trabajar”, pasando por “A cavar (Hi-Ho)”, son canciones por todos conocidas y que en cuanto las comenzamos a escuchar asociamos con la película.
En cuanto al mercado doméstico, al ser éta la película bandera de la marca Disney, siempre ha jugado la empresa en cuestión con la disponibilidad de la misma, editándola en los diferentes formatos por muy poco tiempo. Ahora mismo se ha vuelto a reeditar tanto en DVD como en Bluray en ediciones sencillas, sin embargo yo recomiendo encarecidamente la edición diamante en Blu-ray que ahora mismo está descatalogada, pero que igual se puede encontrar en alguna página web. Dicha edición trae un segundo disco de extras que es una auténtica maravilla y que merecería un análisis aparte para dicho disco por su originalidad en el tratamiento de la ingente cantidad de contenidos informativos sobre la realización de la película.
No quiero acabar sin recomendar un excelente libro sobre esta película, se trata del volumen titulado: “Blancanieves y los siete enanitos, 75º aniversario del clásico de Walt Disney”. En este libro se explican los entresijos de la película con una innumerable colección de fotogramas de la película, dibujos, ideas que finalmente no vieron la luz, etc.
En definitiva, “Blancanieves y los siete enanitos” es una gran película tanto si tienes 5 ó 50 años, que hay que verla no sólo disfrutando de la historia y de las canciones, si no que hay que fijarse en todos los detalles técnicos y artísticos que se pueden observar durante su visionado. Sin embargo, todos estos logros se vieron superados, en mi opinión, en el siguiente largometraje de Disney, la magistral “Pinocho” (“Disney´s Pinocchio”, 1940).
Gabriel Menéndez
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