En el año 1975 se estrenaba “Tarde de perros” (“Dog day afternoon”), película de acción sobre el atraco a un banco de Nueva York. 31 años después se estrenaba “Firewall” (2006), película de acción también sobre el atraco a un banco. ¿Diferencias entre estas dos películas? todas las que quieran, pero yo voy a centrarme únicamente en algunas de ellas.
En “Tarde de perros” los protagonistas son Al Pacino y John Cazale, dos de los mejores actores de su generación y de unas cuantas más, mientras que en “Firewall”, el protagonista es Harrison Ford una estrella muy conocida, pero no un gran actor. Si miramos al director la cosa todavía es peor, ya que Sidney Lumet, director de la primera, es el autor de películas como “Doce hombres sin piedad” (“12 angry men”, 1957) o “Serpico” (1973), mientras que Richard Loncraine no ha hecho más que películas mediocres hasta el momento. Sin embargo la mayor de las diferencias se encuentra en el tono que tiene cada película, del realismo más descarnado posible con tintes sociales que nos muestra “Tarde de perros”, pasamos a la parafernalia pseudocientífica y carente de la más mínima criítica social que nos presenta “Firewall”.
¿Que ha pasado en Hollywood entre ambos estrenos para que dos películas de la misma temática no se parezcan nada la una a la otra?. La respuesta es muy sencilla y se llama “La guerra de las Galaxias” (“Star Wars” 1977, George Lucas), la cual uso como ejemplo más representativo de una serie de películas que aparecieron en las pantallas de todo el mundo entre 1975 y 1985. La aparición de la película galáctica supuso una revolución a la hora de hacer las películas de acción en Hollywood, ya no se necesitaban grandes actores, ni grandes directores, ni siquiera buenos guiones. Lo primordial era que hubiese mucha acción, efectos especiales, una gran promoción y un actor muy conocido que atrajese al gran público. Desde entonces hasta ahora, se siguen explotando los mismos parámetros, lo que ha hecho que la calidad de las películas de acción provenientes de la meca del cine haya bajado de forma alarmante salvo muy pocas excepciones. Todo esta parrafada que os acabo de soltar viene al caso porque mientras volvía a visionar “Tarde de perros”, me di cuenta de las poquísimas películas de acción que merecen la pena su visionado en los últimos años y como practicamente ninguna de ellas le llegaba a ésta ni a la altura de los zapatos.
Volvamos ahora a lo que realmente nos ocupa, que es la obra filmada por Sidney Lumet en 1975. El argumento es el siguiente: un caluroso día de verano en Nueva York dos personas atracan un banco pensando en hacer un trabajo fácil y rápido. Sin embargo todo se complica y no les queda más remedio que quedarse encerrados en el banco con unos cuantos rehenes y negociar con la policía que ya ha rodeado el edificio.
La historia está basada en un hecho real, el cual fue reflejado en los artículos escritos por P.F. Kluge y Thomas Moore, siendo llevado el suceso a las páginas de un libro escrito por Leslie Waller. El guión fue escrito por Frank Pierson, el cual realizó un excelso trabajo el cual le llevó a conseguir el Oscar al mejor guón original. Pierson crea unos personajes reales, pero muy interesantes en los que cada uno lucha a su manera por llevar a cabo sus deseos personales. Además rodea la anécdota del atraco de unas pequeñas historias personales que aportan la variedad necesaria al relato.
El trabajo de Al Pacino como Sonny Wortzik, el atracador que busca dinero rápido para pagarle la operación de cambio de sexo a su novio Leon (Chris Sarandon) es sobresaliente, recreando a un personaje inteligente, una buena persona, pero con mil demonios en su interior que no le dejan llevar una vida normal. A lo largo de la película, al ver la repercusión que su acción está teniendo y como la gente que se agolpa alrededor del banco le vitorea cada vez que sale a parlamentar con el policía Moretti (Charles Durning), se va convirtiendo en una pequeña superstar que se pavonea delante de la policía, paseando a un lado y a otro agitando su pañuelo blanco. Estos gestos le convierten en unas especie de sosías de Mick Jagger el cantante de los Rolling Stones, el cual se comporta de manera muy parecida en el escenario a como Pacino se nos muestra en algunas escenas de la película.
La crítica social está muy presente en la película, ambos atracadores son veteranos del Vietnam, las minorías sociales tienen una presencia importante, así como los problemas del paro, de la violencia y del régimen sanitario estadounidense. Por otra parte se recuerda el incidente de la prisión de Attica, en la que en 1971 se rebelaron los presos de la misma por los malos tratos recibidos por los guardianes y que acabó con la entrada de la Guardia Nacional en la prisión que dejó la cifra de 40 muertos y más de 80 heridos. Además, el director Sidney Lumet consigue crear una atmósfera axfisiante que hace que la tensión se vaya acrecentando a lo largo del film y nos muestra situaciones de gran realismo y crudeza, con únicamente dos disparos a lo largo de todo el filme, es decir, lo contrario a lo que estamos acostumbrados hoy día en este tipo de películas.
La película ya nos muestra el tono que va a tener en las primeras tomas que aparecen incluso antes de los títulos de crédito y en la que se nos muestran casi como si un documental se tratase diferentes estampas de la ciudad de Nueva York bajo el calor de un mediodía de verano. De repente, en una de esas estampas aparece un coche al lado de un banco y de él salen los atracadores, comienza la película. A destacar que durante esas primeras tomas que se nos muestran y hasta que los atracadores entran en el banco suena la maravillosa canción “Amoreena”, compuesta e interpretada por Elton John, la cual pertencece a uno de sus primeros albumes, el titulado “Tumbleweed connection” (1970).
En definitiva, “Tarde de perros” es una de las grandes películas de los años 70, una de las mejores décadas de la historia del cine y que nos muestra una forma de hacer películas que, por desgracia para todos los amantes del cine, ya no se estila en absoluto. En formato doméstico se puede conseguir únicamente en DVD, pero esperemos que no tarden mucho en distribuir esta gran película en nuestro país en formato Blu-ray.
Gabriel Menéndez
Que grande Al Pacino, no he visto esta película y la pongo en mi lista porque Al Pacino es uno de mis actores favoritos! Y por lo que he leído en el artículo, tiene una buena trama humorística.
Bueno, mucho mucho humor no hay, hay bastante cinismo eso sí. Si quieres verla la están echando ultimamente en el canal TCM. Gracias por tu comentario.