Desde sus comienzos, el ahora arte conocido como cine, tuvo muchísimo éxito entre las clases populares. Antes de ser considerado un arte, era únicamente un negocio de feriantes con el que ganar dinero y ahora, 120 años después de su nacimiento, sigue siendo para algunos únicamente una manera de sacarle los cuartos a millones de personas en todo el mundo. Estos nuevos feriantes son los que han perpetrado la nueva entrega de la saga Star Wars, titulada “Star Wars: los últimos Jedi”, creando un film carente de calidad alguna y que, para más inri, es aburrido hasta la saciedad.
Una nueva oleada de ataques de La Primera Orden tiene en jaque a las fuerzas de la resistencia lideradas por Leia Organa (Carrie Fisher), la cual cuenta con el piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) como principal fuente de ataque. En otra parte de la Galaxia, la joven Rey (Daisy Ridley) se encuentra con un avejentado Luke Skywalker (Mark Hamill), en la búsqueda de los secretos de La Fuerza que tan potentemente se manifiesta en su interior.
Nunca he sido un gran fan de la saga, pero como todos aquellos cinéfilos nacidos en los 70, tengo un cariño especial por estos personajes y esta historia, que ya es un referente a nivel mundial del mundo del entretenimiento. Por todo ello, me indigna sobremanera el que hayan creado una película de esta saga carente del más mínimo interés y que ni siquiera es entretenida (como sí era el anterior episodio).
Los personajes nuevos, aparecidos por primera vez en el episodio VII, no han sido desarrollados en absoluto, especialmente el personaje de Rey, el cual tiene menos líneas de diálogo durante el film que el propio Chewbacca. El personaje de Poe Dameron sigue sin tener una historia propia, se limita únicamente a pilotar y hacer la guerra por su cuenta, mientras que el personaje de Finn (interpretado por John Boyega) continúa sin suscitar el menor interés por mi parte. En general todos los personajes nuevos carecen en esta nueva entrega de carisma, de gracia, de empatía, es decir de todo lo que les sobraba a los personajes de la trilogía original.
Respecto a la historia, la cosa va a peor en cada nueva entrega. Aparte de las muchas incoherencias que presenta el guión, la película carece de el más mínimo ritmo y, por si fuera poco, narrativamente es una simple sucesión de escenas inconexas, sin ningún tipo de continuidad que pueda enganchar al espectador a lo que está viendo.
La labor del director Rian Johnson es totalmente decepcionante, ya que no se ve por ningún lado la más mínima mano del autor de dos películas tan notables como son “Brick” (2005) y “Looper” (2012). Da la impresión que, a pesar de que la película dura bastante más de lo que se merece, han rodado muchísimo más material y en el montaje no han sido capaz de crear una coherencia narrativa ni cinematográfica. No hay una sóla escena mínimamente arriesgada técnicamente hablando, sólo efectos especiales que ya no destacan, por repetitivos y que sólo llamarán la atención a los espectadores más pequeños.
Me pareció un error desde el principio esta nueva política de sacar una película de la saga cada dos años (dejando aparte los spin-offs). Una buena película, por mucho presupuesto que se tenga, necesita una labor de preparación antes de empezar a rodar mucho más extensa e intensa que la que se debe haber hecho para este film, cuyo único objetivo ha sido hacer caja, arruinando las ilusiones de millones de fans de la saga galáctica por excelencia.
Si hay algo positivo en “Star Wars: los últimos Jedi” es el tratamiento feminista del mismo. Así las mujeres protagonistas se nos muestran como más fuertes, íntegras e inteligentes que sus compañeros de género masculino. Sin embargo la sensación que me ha dejado la película es tan negativa, que hasta lo único positivo que presenta el film me parece que tiene como objetivo principal tapar muchas de las carencias que tiene. Me da la impresión (repito, sólo es una impresión) que el tono feminista es una forma de agradar a parte del público objetivo, es decir, es una mera maniobra comercial por parte de los burócratas responsables de la película.
En definitiva, hasta ahora iba siempre a una sala de cine a ver las películas de la saga por pasar un rato entretenido y rememorar algunos aspectos de mi niñez. Sin embargo, con este último episodio me han quitado las ganas de volver a picar en futuras entregas, salvo que mis muchos conocidos amante de estas películas me convenzan de que merece la pena.
Gabriel Menéndez Piñera
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