Ver una película de Aki Kaurismäki es como meterse en una nave espacial y viajar a otro planeta totalmente desconocido. Su universo cinematográfico se compone de perdedores que viven en lugares donde no solo es imposible ganar, si no que la fealdad del entorno donde habitan hace casi imposible cualquier otro resultado en la ecuación. No obstante, el talento del director finlandés consigue, de manera inexplicable, extraer belleza y humor de esos materiales de partida, logrando esa sensación de estar viendo algo perteneciente a un universo paralelo. Su última obra “Fallen leaves” se mueve en esos mismos términos, depurando su estilo al máximo y consiguiendo realizar una de sus mejores películas.
Ansa (Alma Pöysti) vive sola en un pequeño apartamento de una pequeña ciudad. Al poco tiempo de perder su trabajo en un triste supermercado conoce a Holappa (Jussi Vatanen) otra persona solitaria y sin dinero. Entre ambos se inicia una peculiar relación sentimental, pero el alcoholismo de Holappa hace que dicha relación se rompa, al menos momentáneamente.
En “Fallen Leaves” nos reencontramos con los personajes hieráticos y solitarios tan propios del cine de Kaurismäki, victimas de la crueldad del guion, escrito como siempre por el propio director, el cual se las hace pasar canutas, manteniendo en todo momento ese humor negro tan característico de sus historias. Las pullas entre todos los personajes son constantes, lo que hace que el nivel cómico de la cinta se mantiene durante todo el metraje.
Sin embargo lo más destacable de “Fallen leaves” es la capacidad, una vez más, de este director de conseguir planos bellísimos en un entorno desagradable a la vista, tanto en cuanto a los exteriores como a las escenas rodadas en interior. Ayudado por una fotografía colorista y su dominio a la hora de situar la cámara, mayoritariamente en planos fijos, Kaurismäki consigue una especie de paraíso triste donde la gente bebe, fuma y va al cine o al karaoke.
No falta el homenaje por parte del director finlandés a sus películas preferidas del cine clásico, reflejado en los carteles que aparecen a la entrada del cine ni la crítica amable a ese cine moderno de zombies, por mucho que sea Jim Jarmusch el que lo ruede.
De los intérpretes poco se puede decir, ya que, como siempre, los personajes de “Fallen leaves” asemejan a semiautómatas, sin mostrar apenas un signo de emoción en sus caras o en las pocas palabras que salen de sus bocas.
En definitiva, se trata de una película divertida, a ratos amable, a ratos cruel, al igual que aquellas magníficas obras que rodó Charles Chaplin, a las que “Fallen leaves” se quiere acercar en algunos momentos y a las que directamente homenajea en su último plano. Una obra que busca la belleza en un mundo al borde del caos y en el que las personas son como esas hojas de otoño que van cayendo una tras otra.
Perteneciente a la sección Esbilla Espectru del FICX 61, se podrá volver a ver el sábado 25 a las 22.00 horas en la Sala 13 de los cines Yelmo.
Gabriel Menéndez Piñera
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