En “Anatomía de un asesinato” (“Anatomy of a murder”, 1959) Otto Preminger realizaba una de las mejores películas judiciales que se habían visto hasta entonces, con un análisis de los personajes tremendamente profundo y una crudeza muy pocas veces vista en el cine de Hollywood. Ahora, 64 años más tarde, Justine Triet toma el relevo del director Austrohúngaro (actual Ucrania), con “Anatomía de una caída” (Anatomie d’une chute”), otro drama judicial, con un análisis psicológico de personajes tremendamente exhaustivo y no exento de crudeza a la hora de plasmar las relaciones familiares.
Samuel (Samuel Theis) aparece muerto a la entrada de su casa familiar en la montaña, con un golpe muy fuerte en la cabeza, siendo descubierto el cadáver por su hijo pequeño Daniel (Milo Machado), e...
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