Por tercera vez en cinco años el FICX ha conseguido incluir en su programación la última película del consagrado director norteamericano Abel Ferrara, tras las proyecciones de “Alive in France” en 2017 y “The projectionist” en 2019. En esta ocasión nos presenta una película de temática muy ambiciosa, pero rodada con muy pocos medios durante la pandemia que asoló al mundo el pasado año.
J.J. (Ethan Hawke) es un soldado norteamericano destinado en una Roma vacía y paranoica, en la que los poderes gubernamentales y los bajos fondos tiene vía libre para imponer su ley. En medio de todos ellos un grupo revolucionario, en el que milita el hermano de J.J. comienza a hacer explotar bombas en Ciudad del Vaticano, lo que lleva a aumentar el caos, pero da pie a una nueva esperanza.
Ferrara aprovecha las espectaculares vistas nocturnas de una Roma desierta, para crear escenas muy poderosas en el aspecto visual, las cuales desgraciadamente no van acompañadas de una narración a su altura. Es este aspecto lo peor de “Zeros and ones”, ya que resulta difícil para el espectador medio poder seguir el hilo de una historia que avanza a trompicones (cuando lo hace) y que deja demasiadas preguntas sin respuesta.
Es sin duda un ejercicio de cine de supervivencia en medio de unas condiciones, las de la pandemia de 2020, que hacían casi imposible rodar otro tipo de película, que no fuera una como “Zeros and ones”, en la que la cámara y el actor se convierten casi en la misma persona. Da incluso la impresión de que las escenas de exteriores están rodadas sin ningún tipo de permiso, simplemente violando el toque de queda impuesto por las autoridades.
Cine de género pasado por el tamiz de un autor muy especial. Alguien que, tras cincuenta años rodando películas, no busca la satisfacción del público, si no la suya propia. Una rareza, sin duda, pero que nos regala algunos momentos de puro cine.
Gabriel Menéndez
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