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Shoshana

El conflicto palestino-israelí, por desgracia tan en boga ahora mismo, se remonta a finales del Siglo XIX cuando el periodista Theodor Herzl planteó la posibilidad de crear un estado judío. Desde entonces ha existido una cruenta lucha entre los palestinos, los poseedores del territorio de dicho estado judío y los propios judíos que reclaman dicho territorio como la tierra prometida a sus ancestros. En “Shoshana” (2023, Michael Winterbotton) nos traslada a finales de la década de los años 30 del pasado siglo, tras la revuelta árabe de 1936. En aquel momento el territorio estaba bajo jurisdicción británica, lo que añadía un nuevo jugador a este complicado tablero de ajedrez.

Shoshana (Irina Stasherbaun) es una joven judía, defensora de una convivencia pacífica entre judíos y musulmanes. Tras conocer a Thomas Wilkin (Douglas Booth), policía británico establecido desde hace tiempo en Palestina, e iniciar una relación con él, se dará cuenta de la intolerancia de sus compatriotas, no sólo hacia los palestinos, si no también hacia los británicos.

Desde el primer momento, hay una clara intención de instruir al gran público respecto a lo ocurrido en Palestina en aquella época. un momento histórico tremendamente complejo en todo el mundo. Para ello, el director británico, recurre tanto a la voz en off de Shoshana, como a metraje real de la época, especialmente de noticieros británicos destinados a las salas de cine inglesas.

La película deriva entre un thriller político militar y una historia de amor condenada al fracaso, moviéndose bastante bien en ambos aspectos. No obstante, su importante labor divulgadora hace que, en algunos momentos, el personaje que da título al film, quede en un triste segundo plano. Winterbotton toca muchas teclas a la vez en todo momento, lo que hace que, en ocasiones, se salga del tono correcto.

La puesta en escena, es bastante más clásica de lo que nos tiene acostumbrado Mr. Winterbotton. Parece no querer distraer al espectador de lo que nos está contando, por lo que se abstiene de movimientos de cámara complicados. Sí hay algún plano secuencia destacable, pero en general las escenas son visualmente muy simples, con mucho plano medio y abusando en ocasiones del plano-contraplano.

La ambientación es realmente excelente y nos traslada de manera muy veraz a ese momento histórico hace ya casi 100 años. Sólo hay un pequeño fallo en el aspecto musical, ya que el tema que acompaña la historia de amor es “The man i love”, compuesto por George Gershwin en 1929. Hasta ahí todo bien, el problema es que una de las versiones que se interpretan de dicho tema durante la película, es la que hizo Ella Fitzgerald, con la orquesta de Nelson Riddle en 1959, 20 años después de los hechos que acontecen en la película.

En resumen diré que “Shoshana” es una película muy interesante, con la suficiente cantidad de acción y romance para gustar a un amplio espectro de público. Además es didáctica y, sin ser una obra maestra, está lo suficientemente bien rodada, como para satisfacer a los cinéfilos más intransigentes.

Se puede volver a ver el sábado 18 a las 17.00 horas en el Teatro Jovellanos y el lunes 20 a las 22.00 horas en la Escuela de Comercio.

Gabriel Menéndez Piñera

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